Por: Redacción/
“México está en deuda con ustedes y con el personal de salud”, afirmó el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, al participar en la ceremonia de fin de cursos de médicos residentes del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).
“Esta deuda deberá ser cubierta con el fortalecimiento integral del sistema de salud, con presupuesto, infraestructura, actualización tecnológica y calidad de atención desde el primer contacto y hasta los institutos y hospitales de concentración y alta especialidad.
“Por supuesto, con becas suficientes y salarios dignos. No nos puede volver a suceder. Ha sido una dolorosa lección y ustedes son ejemplo de comportamiento y solidaridad”, señaló en la ceremonia virtual en la cual reconoció a residentes quienes han estado en la primera línea de atención a personas enfermas de la COVID-19.
Ante el secretario de Salud federal, Jorge Alcocer Varela; la presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, Susana Lizano Soberón; y del director General del INCMNSZ, David Kershenobich Stalnikowitz, expresó el orgullo de la Universidad Nacional por los más de 100 residentes graduados, quienes además de enfrentar el trabajo cotidiano del hospital de esta calidad, hicieron frente a la pandemia.
En este año difícil y doloroso para la nación este Instituto se ha transformado en más de una ocasión para ser hospital COVID y enfrentar el reto pandémico; los residentes fueron parte de ese esfuerzo de reconversión y para seguir prestando atención médica de calidad en sus diversas y especializadas disciplinas.
Durante casi un año, prosiguió Graue, han estado envueltos en trajes a los que no estaban acostumbrados, sentido la asfixiante respiración a través de las mascarillas, pero siguen adelante pues por la pandemia no disminuyeron las historias clínicas ni las revisiones de expedientes, y sí se acrecentó la exigente supervisión de los servicios.
Este ciclo que concluyen, dijo, es uno de varios que tendrán a lo largo de su vida profesional porque la medicina es un proceso interminable de formación.
“Cuando se cree haber adquirido los conocimientos necesarios surgen nuevos que obligan a la permanente actualización; cuando ya se es diestro en una técnica o procedimiento, la tecnología en su desbordada actualización, cambia y obliga al readiestramiento y adecuación”, comentó.
Los egresados de este Instituto lo tienen claro, porque ésta es una institución que tiene por vocación el servicio y la permanente superación, que lo han hecho ejemplo nacional y la mejor institución de salud de la nación, remarcó el rector.
En su oportunidad, el secretario Jorge Alcocer Varela recordó que hace un año se confirmó el primer caso de COVID-19 en México. Agradeció el desempeño de los residentes y dijo que se busca un nuevo profesionalismo que incorpore el estudio, la investigación, la práctica y que al realizar una historia clínica siempre se tomen en cuenta las condicionantes sociales de la salud.
“En este día les exhorto a que piensen en ese lugar que más necesita de las capacidades que adquirieron a lo largo de los años transcurridos en este Instituto. Los invito a pensar en ese lugar, en México, que más sufre de carencias sanitarias y médicas, del aislamiento territorial y abandono por parte del Estado”, subrayó.
La profesión médica cobra sentido cuando se ejerce en beneficio de las poblaciones que más lo necesitan y que viven arraigadas en esa parte del país que Guillermo Bonfil Batalla nombró el México profundo. “Ese México profundo los necesita más que nadie”, añadió.
David Kershenobich Stalnikowitz manifestó su agradecimiento y el de múltiples pacientes y familiares por el desempeño ejemplar de esta generación que se ha visto afectada por la aparición del SARS-CoV-2 y que, frente a la pena, zozobra y miedo, ha mostrado su fortaleza. “Son ustedes el baluarte de eso que se ha denominado la primera línea de atención”.
Esta generación es histórica y tienen la responsabilidad de evolucionar; cuentan con los elementos suficientes para sintetizar una nueva forma de ver la medicina, de comprender y dar sentido a las experiencias, de calibrar su destino y en forma importante, de crear nuevos paradigmas.
“Estamos en un proceso evolutivo para la medicina y la ciencia, estamos en una era de cambio y transición en muchos sentidos: el reto es mantener el equilibrio y, sobre todo, tener visión al futuro”, enfatizó.
A su vez, Susana Lizano, también investigadora emérita de la UNAM, celebró la preparación de los especialistas la cual ha sido fundamental en esta pandemia, ya que resalta la importancia de contar con médicos e infraestructura adecuada, así como hacer investigación de frontera como la del INCMNSZ.
“Ustedes jóvenes residentes han estado en la primera línea de batalla de los contagiados de COVID-19 y no han desfallecido. Hago un reconocimiento a todos ustedes y especialmente al personal médico caído en esta lucha. Nosotros, nuestro país, estamos en deuda con ustedes”, coincidió.
Asimismo, llamó a los graduados a trabajar por el desarrollo de la ciencia en México que permita a las personas tomar las mejores decisiones y a hacer frente a las crisis sanitarias que se presenten.
En la ceremonia participaron también Gustavo Reyes Terán, titular de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad; Sergio Ponce de León Rosales, director de Enseñanza del INCMNSZ; Manuel Campuzano Fernández, exdirector y decano del mismo Instituto; el director de la Facultad de Medicina de la UNAM, Germán Fajardo Dolci, así como familiares y amigos de los médicos residentes graduados, entre otros.
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