Por: Redacción/
Si bien ningún sistema político es perfecto, la dirección de un gobierno puede corregirse mediante principios éticos que den paso a un sistema democrático participativo y no sólo representativo como el que perdura, ya que el poder debe tenerlo el pueblo, que debe ser capaz de deponer a la autoridad si no hace bien su trabajo, declaró el doctor Enrique Dussel Ambrosini, Profesor Emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quien exhortó “a apoyar y criticar con mesura”.
En la mesa Desafíos en educación, economía y política en el próximo sexenio, realizada en la Unidad Xochimilco y en la que participó junto con otros especialistas, sostuvo que “no debemos anticiparnos al triunfo de un partido para ver un cambio, ya que estamos ante algo que cae y algo que viene en un proceso que ha durado casi un siglo, desde la nacionalización que emprendió Lázaro Cárdenas hasta la realización de las reformas estructurales, colocándonos en circunstancias peores que las vividas en 1917”.
De acuerdo con el filósofo de la Unidad Iztapalapa el cambio va más allá de los 75 años del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder, ya que “la crisis en la que nos encontramos es más profunda y estamos ante un agotamiento de los recursos, pero el problema es que la población no cuenta con una formación política, por lo que al próximo régimen se tendrá que exigir un verdadero cambio”.
El doctor Armando Pineda Osnaya, académico del Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco de la UAM, advirtió a los alumnos reunidos en el Auditorio Granados Chapa que México se encuentra ante la emergencia de la caída de sus reservas internacionales, “porque estamos sacando más dólares de los que obtenemos, provocando la depreciación del peso”.
El especialista en economía apuntó que en 2017 el pago de utilidades e intereses sumó poco más de 33 mil millones de dólares, lo que aunado a la fuga de capitales ascendió a un total de 40 mil millones de dólares, mientras que entraron por concepto de inversión extranjera apenas 32 mil millones de dólares, algo que va a continuar.
“Los mexicanos no tenemos claro lo que queremos como sociedad”, así que un cambio de la situación nacional debe hacerse desde los planos ideológico, cultural y de visión, con el fin de generar una verdadera lucha de conciencia, lo que implicará un proceso lento y paulatino, “pero debemos comenzarlo en las urnas, en la próxima elección del primero de julio”, externó.
El doctor Armando Bartra Vergés, docente del Departamento de Relaciones Sociales de la Unidad Xochimilco, manifestó que México requiere un proyecto de transformación profunda ante el deterioro progresivo de las condiciones políticas, sociales y económicas derivadas de políticas públicas que sólo siguen un rumbo neoliberal adoptado desde hace 35 años.
Hasta entonces, en América Latina se registraban tasas de crecimiento de entre seis y siete por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en México el año pasado alcanzó 2.1 por ciento, es decir, “presenciamos un claro retroceso por un problema de conducción de la globalización y el Tratado de Libre Comercio”.
Bartra Vergés puntualizó que hay una ausencia de medidas que reduzcan riesgos y atenúen daños por un Estado omiso y ausente que no ha asumido su responsabilidad de planear democráticamente el crecimiento y el fomento económico, además de garantizar la soberanía alimentaria, como señala la Constitución, por lo que “se está violentando la ley al renunciar al ejercicio de sus atribuciones”.
Es necesario entrar con urgencia a una etapa posneoliberal, aunque no será fácil ni rápido porque se negocia socialmente y hacia el exterior, y con una fuerte participación ciudadana, sobre todo, lo que implicaría una ruptura de la estructura institucional y los aparatos de poder –construidos a partir de la lógica neoliberal– para establecer un paradigma sustentado de nuevos valores y principios, sostuvo el académico del Posgrado en Desarrollo Rural de la UAM.
El maestro Humberto Martínez, académico del Instituto Politécnico Nacional (IPN), refirió que las condiciones internacionales, en particular en Estados Unidos, deben ser consideradas para implementar un plan de desarrollo nacional, ya que “no podemos ignorar los acontecimientos en el marco mundial y cuestionar cuántas vidas más cobrará esta guerra comercial al aumentar las tasas de interés para pagar la deuda pública de todos los países atrasados”.
El economista y miembro de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) expresó que identifica en la juventud un alto sentido de desconfianza hacia los partidos, pero “creo que tenemos que superar la represión y darnos cuenta de que los movimientos sociales sí están generando presión, es una organización que contribuirá a cambios positivos y lo que sigue es un proceso de trascendencia mundial no sólo nacional”, finalizó.
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