• El censo 2020 se debió haber terminado de levantar cuando empezaba el confinamiento, por lo que en el de 2030 quedará reflejada una serie de cambios muy importantes.

Por: Redacción/

El Consejo Nacional de Población (Conapo) carece de presencia y no se ve que esté tomando acciones para alcanzar un crecimiento cero, a pesar de que entre 2010 y 2020 hubo un aumento en más de 14 millones de habitantes “que vivimos en el mismo territorio geográfico”, sostuvo el doctor José Antonio Rosique Cañas, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En perspectiva “vemos un problema muy serio porque también estamos enfrentando el calentamiento global y el cambio climático en cada una de las zonas metropolitanas donde se han asentado poblaciones en este país”.

Por tanto, es preocupante que el Conapo no tenga programas que apunten a un crecimiento cero lo más pronto posible, porque en la medida en que no se llegue a eso, “crecer medio punto, tres cuartos de punto o un punto al año va a seguir representando 8, 10 o 15 millones de personas en 15 o 20 años”.

Cabría preguntarse a dónde va a ir la gente, cómo se van a mejorar la productividad y la agricultura cuando en el ámbito global “nos estamos acercando a ocho mil millones de habitantes y los mares, los bosques y la agricultura son los que dan de comer a las ciudades”, advirtió el profesor del Departamento de Relaciones Sociales de la Unidad Xochimilco.

En el Conversatorio Censo 2020. ¿Dónde vivimos y cómo vivimos? –convocado por la Rectoría General de la Casa abierta al tiempo– el docente convino que las políticas públicas deben desarrollarse más allá de la visión burocrática que responde a determinados grupos o personas.

El doctor José Luis Cisneros, jefe del Área de Investigación Educación, Cultura y Procesos Sociales en la citada sede, comentó que para los investigadores es muy importante la lectura de la información del censo levantado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), porque es oficial con la que se trabaja, aunque puede haber ambigüedades, limitaciones y algunas representaciones o intenciones políticas.

Leer la realidad que de pronto se fragmenta y complica sólo es posible a partir de los registros que brindan una visión integral para poder interpretar las distintas manifestaciones que se dan en los territorios.

“El dato es una oportunidad de aproximarse a las diferentes expresiones, dificultades o fenómenos que ocurren en las ciudades. Atrás quedó aquello que se pensaba de que la gente pobre vivía en el campo porque de acuerdo con el censo hay más personas pobres en las zonas metropolitanas –que pasaron de 59 a 74– donde se asienta cerca de 80 por ciento de la población”.

Durante el siglo XX y principios del XXI “hemos arrasado con todas las condiciones de sustentabilidad”, pero además el confinamiento por el COVID-19 evidenció conflictos en los hogares por los espacios.

“Esta problemática nos manda avisos de que la calidad de la vida en las urbes se alteró muchísimo, la economía se vino abajo, el crecimiento que se esperaba se fue a menos y apenas estaremos empezando a recuperar esa parte en los siguientes dos o tres años”.

El censo 2020 se debió haber terminado de levantar cuando empezaba el confinamiento, por lo que en el de 2030 quedará reflejada una serie de cambios muy importantes de todo lo que pasó, y aunque la emergencia sanitaria impactó a todo el mundo, “en particular aquí ha habido una gran polémica por la manera como el gobierno ha manejado la situación”.

Poco se ha dicho de la problemática asociada a vivir en metrópolis aglomeradas, marcadas por la lógica impuesta y la vorágine de lo cotidiano, que produce temor a robos, homicidios y secuestros, pero también a la destrucción de la naturaleza.

“Vivimos en ciudades atiborradas por el comercio y la privatización de las áreas sociales donde el efecto de la delincuencia refleja la muerte lenta de los sitios donde vivimos, aunado a la inseguridad del transeúnte y la falta de políticas públicas para intervenir”.

En el Conversatorio Censo 2020. ¿Dónde vivimos y cómo vivimos? también participaron el doctor Jorge Ramón Zarco Laveaga, profesor del Departamento de Relaciones Sociales, como moderador, así como la licenciada María del Carmen García Guízar, responsable del programa Comunicación de la Ciencia.