Las instantáneas de Manuel Paredes Gutiérrez (fotógrafo de Luis Echeverría durante el 2 de octubre), el movimiento de los cristeros e imágenes captadas por Saúl Molina tomadas mientras trabajaba para el arquitecto Carlos Lazo Barreiro son apenas una parte del Archivo Histórico de la UNAM (AHUNAM).
Al cumplir cinco décadas, cuenta con 39 fondos universitarios y 37 incorporados por donación o compra; 17 colecciones universitarias y 51 incorporadas, así como 24 mil 76 cajas del Fondo de la Universidad Nacional.
Nació de una amplia exhibición —inaugurada en 1963 por el rector Ignacio Chávez— que incluía estadística, legislación, aspectos socioculturales y la historia de la UNAM. Posteriormente, se le asignó un lugar para albergar ese legado que crece con los años.
Para recordar
Para festejar el aniversario, se reunieron Ana María Rosa Carreón, Elena Jeanneti Dávila, Margarita Menegus y Alma Gómez Gómez, quienes trabajaron en algún momento en este sitio, moderadas por María de Lourdes Alvarado, secretaria Académica del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE).
Carreón, quien fue jefa —“no directora”, aclaró— de esa entidad universitaria de 1967 a 1977, recordó que en su gestión habló con Jorge Carpizo, en ese entonces coordinador de Humanidades, para pedirle que el AHUNAM (ubicado en el octavo piso de la Biblioteca Central) tuviera su propio espacio, pues no podía organizarse igual que una colección de libros común y tenía sus propias necesidades.
Entonces disponíamos de 680 metros cuadrados de superficie con expedientes de todo tipo, donados, comprados, adquiridos y protegidos con escritura notarial. En mi estancia viví enamorada de los papeles viejos, aunque también de mis jóvenes estudiantes, apuntó.
Por su parte, Jeannetti Dávila —extitular de ese espacio— rememoró la creación del edificio donde actualmente se ubican, y explicó que para inspirarse viajó a otros países para retomar ideas de recintos similares. Así, en 1979 se inauguró este inmueble que emula a uno de Toronto, Canadá, con ventanales por todos lados, un patio central, una escultura al centro y escaleras que recuerdan las pirámides de México. Hoy alberga a la Biblioteca Nacional de México, la Hemeroteca Nacional y el AHUNAM.
Menegus, excoordinadora del archivo, expresó que hoy pueden estar orgullosos del esfuerzo que se ha hecho en varios lustros. En su periodo se obtuvo la colección de Juárez Santacilia.
Alma Gómez es la trabajadora más antigua, pues se unió al equipo en marzo de 1981. De aquellos días resaltó haber llegado a un recinto casi vacío, de no ser por los muchos paquetes llenos de documentos para ordenar y catalogar.
Actualmente
El AHUNAM es considerado uno de los mejores espacios para guardar diversos acervos, los cuáles han aumentado de forma considerable en los últimos años.
Además, es el depósito final de documentación generada por sus distintas entidades, información con un alto valor cultural y testimonial.
Hoy, posee programas especializados en organización, descripción y difusión; además, tiene capacidad para una conservación adecuada, restauración, reprografía y digitalización, todo a cargo de técnicos académicos experimentados.
En septiembre de 2006 surgió el IISUE, instituto que tiene a su cargo el AHUNAM.
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