Por: Luis Alberto Rivas
Pedro Horacio Aguilar Díaz a sus 51 años de edad obtuvo el grado de Licenciado en Ciencias Políticas y Administración pública, tras defender la tesis: “La Canacar y la Concamin como grupos de presión en la toma de decisiones entre México y EU en el conflicto camionero de 2009-2011”. El evento no tuvo lugar en un salón de la Facultad de Ciencias Políticas ni en ningún otro de la UNAM, sino en un aula acondicionada del centro escolar del Reclusorio Preventivo Varonil Sur (RPVS).
Es el décimo alumno universitario en obtener el título desde una cárcel, y el primero en hacerlo en el Reclusorio Sur. Le fue posible titularse gracias a Proyecto UNAM, iniciativa de la Subsecretaría de Gobierno del DF y la máxima casa de estudios para que alumnos en condiciones como la de Pedro Horacio, puedan concluir su carrera universitaria y obtener su titulo.
El ahora Licenciado comenta que debió haberse titulado en agosto de 1986 cuando acreditó todas sus materias en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, pero que las circunstancias lo “pusieron en otro lado”. Pedro Horacio fue internado en el RPVS en 2003 y en 18 meses cumplirá con su condena.
“Tardé casi tres décadas en concretar esto; muchas veces cambié el proyecto, lo re-elaboré, afiné y ni así obtenía lo deseado. Hace no mucho me inscribí en la carrera de Derecho, impartida por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) al interior del reclusorio —llevo el 56 por ciento de avance—, y al comprender más del ámbito legal finalmente hallé el enfoque adecuado. Al principio me mostraba reticente a matricularme en otra disciplina, al final cedí. Ya lo dije antes, soy alguien de estudio”.
Uno de sus principales retos fue que la información que entra y que sale de los reclusorios es muy controlada, no puede existir una conexión de internet por el riesgo a fraudes electrónicos, Pedro Horacio sorteó este obstáculo pidiendo a su familia que le llevaran con la mayor frecuencia posible los diarios: El Sol de México, Reforma, y El Universal.
La historia de vida del estudiante está ligada a delegación Xochimilco, lugar donde se encuentra el RPVS y el barrio San Juan Tlateuhchi, donde vivió toda su infancia y juventud.
“Mi familia y yo estamos ligados a esta tierra; de hecho, pertenecemos a la etnia nahuatlaca, que desde siempre estuvo aquí. Este origen no sólo nos da raigambre, sino un orgullo tan intenso que nos ha servido para salir de trances tan difíciles como éste”, comenta.
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