Por: Redacción
En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza conmemorado este 17 de octubre, las OSC de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza llaman a los 3 órdenes de gobierno a impulsar cambios para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible “Todos” los niños llegan a 6º de primaria, pero sólo 4 de cada 10 siguen en la escuela a la edad en que deberían estar cursando educación profesional.
El 51 por ciento de la población que debe impulsar acciones para avanzar frente a la pobreza, vive en pobreza, son nuestros jóvenes. Esta es una paradoja a la que no se la ha puesto la atención necesaria, y representa el mayor riesgo de perder la oportunidad de erradicar la pobreza extrema y reducir la pobreza a la mitad para 2030, como se comprometió México en septiembre de 2015 cuando junto con otros 192 países se adhirió a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas.
El gobierno mexicano cree que erradicar la pobreza en el año 2030 es posible, aunque no ha dicho cómo. La Acción Ciudadana Frente a la Pobreza coincide en que es posible, por eso en el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, hacemos un llamado a las autoridades de los tres órdenes de gobierno para que impulsen acciones efectivas que ofrezcan oportunidades a los jóvenes, pues de lo contrario, se desaprovechará el bono demográfico de nuestro país.
Si se cambia el modo de actuar, podemos ver avances, hacer lo mismo nos llevará al mismo lugar, es urgente invertir en crecimiento pues ello es invertir en el bono demográfico, urge invertir en educación, pero también la creación de nuevas oportunidades productivas.
Actualmente hay cerca de 31 millones de jóvenes entre 15 y 29 años de edad, de ellos, 15.2 millones viven en pobreza por ingresos, lo que representa el 51 por ciento de los jóvenes del país.
Los estados en donde más se concentra esta población son: el Estado de México, en primer lugar con 2.1 millones de jóvenes en pobreza por ingresos; Veracruz, con 1.2 millones; Chiapas, con 1 millón; Puebla, con 980 mil jóvenes y Michoacán con 665 mil jóvenes en pobreza por ingresos.
Si bien su acceso a la salud ha mejorado con la inclusión de estudiantes que cursan nivel medio superior y superior en escuelas públicas, la calidad y el acceso efectivo a la salud, no son una realidad.
Las cifras de analfabetismo se han reducido, sin embargo, la gran mayoría de los jóvenes sólo alcanzan la conclusión de la educación secundaria, hasta ahí llegan. Son 11 millones de jóvenes mayores de 18 y menores de 30 años de edad, sin educación media superior completa.
La asistencia escolar por edad pasa de casi cien por ciento a los 11 años y cae hasta el 40% en jóvenes a los 19. Es decir, “todos” llegan a 6º de primaria, pero sólo 4 de cada 10 siguen en la escuela a la edad en que deberían estar cursando educación profesional.
La caída es muy clara. Mientras que a los 12 años, asisten casi todos a la escuela (96%), cuando cumplen 18 años, solo el 51% asiste a clases. Después de cumplir 15 años y antes de cumplir 20, la mitad de los jóvenes quedan fuera del sistema educativo. Esto a pesar de que la matrícula de la educación media superior (EMS) se ha incrementado y la tasa de deserción se ha reducido.
El panorama completo de las condiciones de pobreza y carencias en las que viven los jóvenes con datos para cada una de las carencias y las variables de pobreza usadas por CONEVAL, generadas con datos oficiales, se pueden consultar, en un mapa interactivo generado por la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, aquí: https://goo.gl/CJYHjc
La mejor inversión para crecer con equidad y cohesión social son los jóvenes. Hay tareas que tenemos que emprender ya si queremos alcanzar la meta. La primera es crear conciencia entre los niños y adolescentes de México que son parte de la generación 2030. Ellos son los que pueden cambiar la historia del país. Está en sus manos que México sea una de las naciones más prósperas del planeta. Esa meta es alcanzable si ellos exigen y participan en el cambio.
La acción hay que emprenderla en al menos tres aspectos: la economía para que sea productiva, pero también incluyente; en la política social para crear un sistema universal de protección social diseñado con enfoque de derechos, y en la gobernanza para que la sociedad confíe en que pagar sus impuestos es por su propia seguridad y prosperidad.
Lograrlo implica que, desde ahora, se dé prioridad a la educación temprana de los niños desde su gestación y hasta los tres años de edad. El segundo paso es acelerar junto con el desarrollo de oportunidades educativas para los jóvenes, las oportunidades productivas, es decir generar industrias y empresas que den empleos bien remunerados.
En especial, urge generar opciones educativas flexibles de “segunda oportunidad” para jóvenes que han quedado fuera del sistema educativo y ya no tienen la edad –ni las condiciones- para concluir y acreditar el nivel medio superior.
Un paso puede ser abandonar los criterios de beneficiar con privilegias a unos cuantos desarrollando mega proyectos que se entregan a una sola concesión y pasar a impulsar las pequeñas y medianas empresas comprometidas en generar cadenas de valor.
Para alcanzar la meta, es urgente poner un alto a la improvisación y a las ocurrencias de funcionarios públicos que inventan programas sociales “sin ton ni son”, cuando existen metodologías y evaluaciones ya practicadas por organismos autónomos como el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) donde dice qué hay que hacer y qué no debemos repetir.
Actualmente CONEVAL identifica 6 mil 751 programas sociales entre federales, estatales y municipales, generan dispersión y desperdicio de recursos. Buena parte de estos programas son diseñados con criterios paternalistas o clientelares, usados por políticos profesionales.
Los programas sociales deben tener un enfoque de derechos. Los receptores de los apoyos de los programas sociales son por tanto sujetos de derechos, exigibles y asignados de manera transparente, no beneficiarios de favores o prebendas recibidas a cambio de lealtades. Por ello, exigimos la creación de un padrón único y transparente como vía obligatoria de ingreso a los programas sociales.
Estos cambios apoyados por una política económica productiva, es decir en crecimiento, que incluya a los que menos tienen en la distribución de sus beneficios nos acercará al futuro que queremos.
Una oportunidad es invertir hoy en los jóvenes, en los adolescentes y los niños no sólo para generar más y mejores oportunidades de desarrollo humano, sino para garantizarles acceso a las labores productivas para hacer un país sustentable, donde los recursos estén al alcance de todos, incluyendo a las generaciones venideras.
Juventud y Pobreza 2014
Pobreza por Ingresos
Pobreza extrema por ingresos
Pobreza Multidimensional
Pobreza extrema multidimensional
Población joven (15-29)
15,291,375
5,431,446
13,614,620
2,743,916
Porcentaje
51%
18%
45%
9%
Top 5 en Porcentaje
Estado
Porcentaje de jóvenes en Pobreza por ingresos
Chiapas
75.7%
Oaxaca
65.3%
Puebla
63.6%
Guerrero
63.6%
Michoacán
57.3%
Top 5 Población
Estado
Jóvenes en Pobreza por ingresos
México
2.1 millones
Veracruz
1.2 millones
Chiapas
1.0 millones
Puebla
981 mil
Michoacán
665 mil
Fuente: Elaboración de la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza con datos de CONEVAL
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