Por: Redacción/
A través de los siglos, Francia se ha destacado como una valiosa fuente de ideas para el mundo. Ha jugado un rol indispensable en favor de grandes valores de la humanidad con los que México se identifica plenamente. Uno de ellos, la fraternidad, nos recuerda que los problemas comunes se resuelven mejor trabajando en equipo.
Este 12 de diciembre, líderes de todo el mundo regresamos a Francia para refrendar el compromiso que hicimos hace dos años: enfrentar juntos el cambio climático. México acude con la firme convicción de que el Acuerdo de París es irreversible. Por esa razón, mi país se ha sumado desde el principio al liderazgo de Francia y del Presidente Emmanuel Macron en favor del cuidado de nuestro medio ambiente.
El Acuerdo de París constituye la base del entendimiento global y define las acciones colectivas para enfrentar el grave desafío climático. Hoy, algunos cuestionan su pertinencia, incluso la necesidad de actuar. Los mexicanos sabemos que el cambio climático es una realidad y estamos convencidos de la necesidad de intervenir de inmediato. No podemos postergar nuestras acciones porque, quizá, seremos la última generación de mujeres y hombres que tenga en sus manos la oportunidad de detener el calentamiento del planeta.
Si queremos concretar este esfuerzo, es indispensable encontrar nuevas fuentes de financiamiento, en particular para los países en desarrollo, que deben transformar sus modos de producción y buscar métodos alternativos de generación de energía. Este será el tema principal de las conversaciones que nos reúnen nuevamente en París, donde dialogaremos sobre iniciativas y mecanismos para reunir recursos financieros contra el cambio climático, como el establecimiento de un precio al carbono.
En México, estamos creando un Mercado de Carbono que operará muy pronto desde la Bolsa Mexicana de Valores, en el que participarán cerca de 500 industrias y donde se asignará un precio a aproximadamente 400 millones de toneladas de CO2e. Por otra parte, estamos convencidos de que es posible construir un mercado regional en América del Norte ─con nuestros socios en California, Quebec y Ontario─ y trabajamos con países de Latinoamérica para impulsar esquemas de transferencia de bonos de carbono.
Adicionalmente, hemos instrumentado reformas en materia energética y hacendaria que impulsan la inversión en energías alternativas y que serán la base para eliminar los subsidios a los combustibles fósiles. Por ejemplo, creamos los Certificados de Energías Limpias, que permiten a los grandes consumidores cumplir con la obligación de usar en sus procesos de producción un mínimo de 5% de energía proveniente de fuentes limpias.
México es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático. Tan sólo en dos meses, recibimos el impacto de tres huracanes y tres tormentas tropicales, atípicos por su magnitud y su frecuencia. De igual forma, en los últimos años, nuestros vecinos del Caribe han sufrido estragos sin precedentes a causa de estos fenómenos meteorológicos.
Conscientes de nuestra vulnerabilidad, hemos realizado acciones en materia de adaptación basada en ecosistemas, protección de la biodiversidad, gestión integral del agua y conectividad entre Áreas Naturales Protegidas a nivel nacional. Y con los países del Caribe, hemos implementado medias para prepararnos mejor ante el riesgo de desastres naturales.
El cambio climático es una batalla urgente que sólo se ganará si actuamos de manera colectiva. Es una responsabilidad global que debe contar con el compromiso de todos. La postura de México es firme: implementar el Acuerdo de París para asegurar a las futuras generaciones un porvenir más limpio, sano y en equilibrio con el medio ambiente. Lo hacemos con la convicción de que es nuestra obligación, porque nuestro planeta es la casa de todos.
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