Por: PARÍS (Reuters)
Decenas de miles de personas, desde Sídney a Londres, participaron el domingo en uno de los mayores días de activismo contra el cambio climático, diciendo a los líderes mundiales que se reunirán en París que “No hay planeta B” en su lucha contra el calentamiento global.
En la capital francesa, donde las manifestaciones fueron prohibidas tras los atentados de militantes de Estado Islámico en los que murieron 130 personas el 13 de noviembre, los activistas colocaron más de 20.000 pares de zapatos en la Plaza de la República para simbolizar a los ausentes.
Entre los tacones altos y las sandalias había unos zapatos negros enviados por el Papa Francisco, defensor público de la acción para evitar los peligros del cambio climático, y unas zapatillas deportivas del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Una activista, vestida de blanco como un ángel con grandes alas, llevaba un cartel que decía “el carbón mata”.
Unas 10.000 personas unieron también sus manos y formaron una cadena humana que recorrió los 3 kilómetros de la ruta de la marcha prohibida, dijeron los organizadores.
“Es un momento para que todo el mundo una sus manos”, dijo Iain Keith, dirigente de Avaaz, uno de los grupos organizadores.
Se celebraron más de 2.000 eventos en ciudades como Londres, Sao Paulo y Nueva York, en posiblemente el mayor día de acción climático de la historia, en vísperas de la cumbre de París, que se celebrará entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre y a la que asistirán unos 150 jefes de gobierno.
Por todo el mundo, los activistas marcharon, algunos vestidos como osos polares o pingüinos en peligro por el deshielo, o entonaron consignas como “justicia climática”.
En Sídney, se estima que cerca de 45.000 personas marcharon por el distrito de negocios central hacia la Ópera. Los presentes llevaban pancartas en las que se leía: “No hay planeta B”, y “No a la quema de bosques nacionales para electricidad”.
Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y China, Xi Jinping, serán algunos de los líderes que asistirán al inicio de la cumbre, que los organizadores esperan genere el primer acuerdo legalmente vinculante que comprometa tanto a los países ricos como los que están en desarrollo a limitar las emisiones de gases invernadero, señalados como los responsables del calentamiento del planeta, más allá de 2020.
Hay muchas esperanzas de que la cita de París no fracase como la anterior cumbre, celebrada hace seis años en Copenhague.
No obstante, todas las partes aseguran que las promesas hechas en París serán insuficientes para limitar el alza de las temperaturas globales a 2 grados por encima de los niveles preindustriales, considerados en general como el umbral para los cambios peligrosos en el sistema climático del planeta.
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