Por: Vicente Flores

El Secretario General de la Central Campesina Cardenista, Max Correa Hernández, mencionó que que los suelos agrícolas de Durango están sujetos a niveles muy elevados de degradación y erosión, por lo que gran parte de los productores agrícolas no obtienen una ganancia por su trabajo.

Max Correa señaló que Durango ocupa el segundo lugar a nivel nacional, después de Chihuahua,  en superficie de bosques, sin embargo, este recurso no ha sido racionalmente aprovechado, ya que no ha generado fuente de ocupación e ingreso, principalmente para la población indígena que vive en condiciones de pobreza extrema.

Explicó que los niveles de pobreza en la población rural es superior al 50%, a consecuencia de políticas públicas poco compatibles con las características del territorio, tecnología no apropiada y la falta de acceso a créditos adecuados a la condición social de los productores, se traducen en una productividad menor al promedio nacional en los principales cultivos.

La agricultura de temporal se caracteriza en esta región por alta frecuencia de sequías, heladas tempranas, lluvias torrenciales y mal distribuidas. Domina un solo ciclo agrícola primavera verano, con cultivos básicos de maíz y frijol.

Alrededor del 80% de la superficie de riego obtiene el agua de pozos profundos, bordos, pozos a cielo abierto o manantiales, sin embargo, las presas  no llenan y los pozos acuíferos están en proceso de abatimiento, destacó el dirigente de la CCC.

Al encabezar el 1er Congreso Estatal en Hidalgo, Durango, donde fue electo como Secretario General de la CCC, Daniel Castañeda Lizardo y ante más de 500 delegados, Max Correa Hernández, demandó diversificar las actividades productivas generadoras de ingresos para la población rural a partir de las demandas de los mercados locales y regionales y comercio justo de los productos agropecuarios.

Debido a esta condición eco-geográfica y algunas prácticas de manejo como el uso indiscriminado de maquinaria y agroquímicos, la insuficiente incorporación de materia orgánica al suelo, la sobrecarga animal en las tierras de pastoreo, la deforestación y la sobreexplotación de acuíferos los suelos agrícolas están sujetos a niveles muy elevados de degradación y erosión.

A partir de estas consideraciones, dijo, no es aventurado afirmar que la actividad agrícola ha venido perdiendo viabilidad como medio de vida para la gran mayoría de la población rural.

Ante tal problemática, Max Correa demandó la conservación y restauración de suelos; mayor eficiencia en el uso del agua; preservación de los bosques y de la vegetación natural; y erradicación de la pobreza rural.

Igualmente el aumento del empleo rural y agrícola; participación amplia de la población rural en programas de conservación y aprovechamiento de recursos naturales locales y respeto y preservación del saber tradicional.