Por: Redacción/
Los rohingyas tampoco están a salvo en Bangladesh. Desesperados, tras huir de la violencia en Myanmar, muchos caen víctimas de redes de trata, advierte la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
Les captan con falsas promesas de trabajo pagado en la pesca, tiendas o como empleadas domésticas, en el caso de las mujeres.
“Sin una fuente de ingresos alternativa, los refugiados están dispuestos a tomar cualquier oportunidad que se les presente, incluso anunque sean arriesgadas, peligrosas e involucren a sus hijos. Una vez que comienzan el trabajo descubren que no les pagarán lo prometido. Muchas veces no les dejan dormir, les hacen trabajar más horas de las acordadas y no les permiten salir del sitio de trabajo o contactar a sus familias. Las mujeres y las niñas a menudo sufren abusos físicos y sexuales”, explicó Joel Millman, portavoz de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
Esto ocurre entre los refugiados que llevan años en Bangladesh y entre los más de 600.000 que han llegado desde agosto.
Entre los casos que ha identificado la OIM está el de unas adolescentes a las que le prometieron trabajar como empleadas domésticas, pero fueron forzadas a prostituirse. Otra mujer fue a trabajar para una familia y la llevaron de vuelta al campo de refugiados muerta.
La mayoría de los reclutadores son bangladesíes, aunque algunos son rohingyas que llevan años en esta área.
En crisis como esta, cuando hay necesidad urgente de comida y refugio, las víctimas de trata pasan desapercibidas para los trabajadores humanitarios, pero la OIM dice que las agencias no deben esperar a que el número de víctimas aumente para actuar.
Además de la trata, la OIM asegura que muchas niñas están siendo casadas para lograr progresar económicamente.
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