Por: Redacción/
Los migrantes son vida moviéndose en busca de subsistencia y mejoras, pero las fronteras politizan e incluso criminalizan esos esfuerzos, sostuvo la doctora Blanca Laura Cordero Díaz, académica de la Benemérita Universidad de Puebla, en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al haber un orden normativo fronterizo, una violencia soberana de territorialidad, “una especie de colonialidad de Estados Unidos sobre nosotros, la gente acude a estrategias para sobrevivir a los cercos legales e ilegales, criminales o no criminales que los Estados ponen a esa movilidad”, sostuvo durante el Ciclo integral Migraciones, refugiados e indocumentados. Vida y sueños.
Aun cuando los flujos humanos no han aumentado, sí lo han hecho las solicitudes de asilo en el país vecino “y no es que los estén invadiendo, ya que circulaban silenciosamente y la Guardia Nacional mexicana está tratando de implementar el programa Quédate en México, por lo que algunos migrantes aprovechan para permanecer un rato acá, en espera de que sus solicitudes pasen”.
En la ponencia Nuevos escenarios de la migración centroamericana en tránsito indicó que un mínimo de solicitudes de personas que buscan refugio en Estados Unidos es aceptado después de casi dos años, por lo que “muchas se quedarán en Monterrey, Tapachula, Ciudad de México y Querétaro, donde habrá otro escenario de asentamiento y seremos un país, que otros colegas han calificado de invivible”.
La especialista criticó las formas en que el gobierno de Washington detiene a los indocumentados, instalándolos en las llamadas congeladoras que no son otra cosa que una especie de campos de concentración, en espera de ser deportados o bien de conocer el destino de su petición de asilo.
Al ofrecer su testimonio como migrante, Juana Laynes, de la comunidad quiché de Guatemala, sostuvo que “salí muy chica; no me dieron a elegir; ahí éramos perseguidos y junto con mi familia tuvimos que decidir entre quedarnos o salir”.
Un enfrentamiento entre guerrillas y militares en 1980 obligó a su familia a pedir refugio en México y aunque las condiciones cambiaron en los últimos años continúa “fluyendo silenciosamente el éxodo de indocumentados”, no sólo de América Central, sino de África que buscan con desesperación la cercanía con la frontera de México para llegar a Estados Unidos.
Gerardo Talavera, de la Casa Refugiados A.C., resaltó la importancia de apoyar a la población en movilidad que pasa por territorio nacional luego de abandonar su país en Centroamérica e incluso más allá del continente americano, aunque lamentó la reducción de programas sociales en favor de este núcleo poblacional.
Una de las principales causas de abandonar su lugar de origen es la económica derivada de la desigualdad existente, por lo que resaltó la necesidad de continuar el apoyo y promover los derechos humanos.
Al hablar sobre Causa final y causa eficiente de la migración indocumentada de origen centroamericano en México, el doctorante Salvador Rivera Guzmán señaló que la cuestión económica fue uno de los detonantes de la migración centroamericana en los años 90 del siglo pasado.
No obstante, el éxodo económico tuvo un descenso importante a partir de 2008 relacionado con la incapacidad de la economía estadounidense de absorber el desempeño de los migrantes centroamericanos y mexicanos –que tienen un perfil parecido– que demandan trabajo, sobre todo en los sectores de construcción, servicios de mantenimiento y agroindustria.
Las posibilidades de obtener refugio en Estados Unidos son reducidas, dado que el gobierno de Donald Trump para 2020 sólo recibirá a 33 mil personas, comparado con el volumen de población que transita. “Es insignificante, pero es importante porque determina el rol de barrera de México respecto de los flujos de población”, señaló el especialista en fenómenos migratorios de Centroamérica.
Rolando Pérez, del Consejo Maya, avecindado en México desde hace 30 años luego de dejar su comunidad en Guatemala, narró sus orígenes en su comunidad y resaltó su labor actual como promotor social y cultural luego de que “hace 48 años trabajé en mi querido Quiché como promotor cultural maya y en el campo”.
En el marco de la conferencia Migraciones, refugiados e indocumentados. Vida y sueños, organizada por la Coordinación de Extensión Universitaria de esa sede académica, se llevó a cabo la Expo-venta artesanal y gastronómica: Guatemala, El Salvador, Perú y Chiapas.
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