- No se trata de un problema de hombres malos, sino de un asunto estructural de comportamientos.
Por: Redacción/
Los machismos son habituales y no deben minimizarse, ya que son incubadora de posibles violencias mayores, advirtieron la doctora Claudia de la Garza Gálvez y la maestra Eréndira Derbez Campos, autoras del libro No son micro. Machismos cotidianos.
“¿No te vas a arreglar para salir?, ¿arreglarme?: si no estoy descompuesta”, cita el texto, que con aportaciones de este tipo busca desmitificar la existencia de los micromachismos que “ocurren a diario y pueden tener consecuencias muy graves”.
Como parte de la campaña de 16 Días de activismo en contra de la violencia de género –organizada por la Unidad de Prevención y Atención de la Violencia de Género de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)– fue presentada la publicación, que recoge imágenes y frases de situaciones ordenadas en 98 temáticas, entre las que destacan Hablar a las niñas de feminismo y a los niños no; Hombres que saben, mujeres que sienten, y Llamar histérica o loca a una mujer por su ímpetu.
Derbez Campos, licenciada y maestra en Historia del Arte, afirmó que fue muy fácil realizar este trabajo antropológico de participación activa que describe la existencia, pues los machismos cotidianos están en todas partes y el resultado fue una especie de venganza o terapia ante circunstancias vividas desde la infancia que se agudizan con el tiempo.
El tratamiento de los asuntos desde la comedia y con viñetas permitió poner ejemplos bastante absurdos y ridículos que parecían un stand up, aun cuando reflejan la realidad, por lo que “no tuve que satirizar, porque la vida ya es demasiado grotesca y divertida; quizá las ilustraciones son un poco exageradas, pero se trata de diálogos y personajes” verdaderos, aseguró.
El libro pretende incentivar charlas en profundidad y sin acartonamiento para mantenerse lejos de la violencia elitista que tiene la academia en su lenguaje y formas, ya que la idea es acercarse a espacios que de manera sistemática han negado este tipo de debates, al ser considerados argumentos menores por la falsa intelectualidad.
Derbez Campos había sido invitada a escribir un libro de viñetas en torno al género y mientras tomaba una clase impartida por la doctora De la Garza Gálvez en la Universidad Iberoamericana le propuso participar en el proyecto, iniciando de inmediato un diálogo que ha sido permanente y un ejercicio de nutrición y espejeo constantes: “nos editábamos mutuamente y jamás hubo un asunto de egos ni la sensación de que la profesora ya no tiene nada que aprender”.
De la Garza Gálvez, coordinadora del Museo UNAM Hoy, afirmó que fue una experiencia colectiva construida a partir de la charla con muchas mujeres que abrieron sus experiencias y pensamientos para derrumbar la idea de que existen los micromachismos.
No se trata de un problema de hombres malos, sino de un asunto estructural de comportamientos “que aprendemos desde la infancia y que sin notarlo se transmiten a las nuevas generaciones, incluso entre la población femenina”, sostuvo la también egresada de la Maestría en Estudios de la Mujer de la UAM.
“Muchas cosas nos han pasado a lo largo de la existencia y por salud mental hemos decidido no voltear hacia atrás, por no saber como explicarlo o por el dolor y el coraje que causa. Por ello considero que no es un texto para leerse en privado, sino para compartir en común: ¿qué te pasó a ti?, ¿qué te recuerda? o ¿qué hiciste para afrontarlo?”.
Esta frecuente pregnancia social las motivó a quitar la insignificancia de lo micro al machismo, una incubadora y clima de la posibilidad de crímenes mayores, así que “apelamos mucho a las geógrafas feministas por pensar los espacios y cruces de vida, empezando por el cuerpo y la manera de habitarlo y cómo se va definiendo a partir de prejuicios y estereotipos mandatados”.
Desde pequeñas muchas niñas desarrollan trastornos alimenticios por el deseo de verse bonitas, al considerar que la complexión es el centro de los anhelos para alcanzar felicidad, pero de grandes también “nos enfrentamos a la eterna infantilización, a estar rodeadas de un halo constante de ternura y ser vistas como aprendices eternas”.
La doctora Mónica Inés Ceja, profesora del Departamento de Política y Cultura de la Unidad Xochimilco de la UAM y moderadora de la presentación, destacó que los 98 apartados del libro pueden leerse en distinto orden, empezar por el final, saltar al inicio, regresar y seguir: “es como poder armar tu propio collage al más puro estilo de Rayuela”.
Esta edición de Grijalbo puede conseguirse física y electrónicamente e incluye un glosario que trata de hacer circular el lenguaje para decir en palabras eso que para el feminismo está claro, pero que vale la pena explicar: anglocentrismo, binarismo, brecha del orgasmo, expresión de género, interseccionalidad, masculinidad frágil y sororidad, entre otras.
La actividad se realizó gracias al esfuerzo de la Red de Apoyo Universitario, la Maestría en Estudios de la Mujer, el Doctorado en Estudios Feministas y la Red Feminismos y Poder Diálogos desde el Sur.
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