Por: Redacción/
Los lenguajes creativos están siempre en conflicto, por estar atentos a las condiciones sociales y políticas de su época, una característica del progreso del arte moderno del siglo XX, sostuvo el licenciado en artes visuales Víctor Muñoz Vega, investigador de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En el esfuerzo que viene del modernismo, periodo cultural rico e interesante desarrollado sobre todo en Europa entre 1880 y 1920, este movimiento estuvo caracterizado por una gran riqueza artística en la búsqueda de expresiones en los ámbitos del teatro, la poesía y la música.
El académico del Departamento de Síntesis Creativa, quien dictó la conferencia El arte como lenguaje del diseño, sostuvo que también fue una época no sólo del posimpresionismo, sino del expresionismo alemán y del dadaísmo, entre otras corrientes.
Además ofreció una gran aportación, no sólo en lo artístico, sino también en lo social, porque inició las consecuencias de la Comuna de París, la corriente sindicalista y las posturas más radicales por parte de anarquistas, entre los que participaban poetas y artistas.
“Hay una lucha tremenda para generar la escuela del simbolismo que va a ocultar todo el esfuerzo del decadentista”, que era radical y expresaba rechazo a las condiciones sociales que ya vivía la sociedad industrializada, es decir, en la que el pensamiento cultural estableció el llamado momento de la desdicha, por las promesas de desarrollo que venían arrastrándose desde el siglo XVII.
La fase del maquinismo y el desarrollo de la acumulación de capital no estaba aportando a la sociedad lo suficiente, sino que los medios de producción habían sido despojados y los salarios eran exiguos para una vida digna.
Esta etapa tuvo fin en 1914 con la Primera Guerra Mundial y concluyó con las críticas más radicales del dadaísmo, en 1917, frente a los escenarios de la conflagración, lo que muestra cómo los lenguajes artísticos se confrontaban con las circunstancias de ese periodo y esa fue la política que condujo al arte contemporáneo del siglo XX, dijo el especialista.
También se busca modificar los lenguajes creativos en la literatura, el teatro, la música y la poesía, porque se piensa que los contextos nuevos y la búsqueda de situaciones sociales actuales tienen que corresponder con ellos, ya que no pueden utilizarse los mismos.
“La modificación de todas las expresiones sean del diseño, las artes o las teorías tiene la necesidad de conocer su historia, porque su esfuerzo frente a su insuficiencia está vinculada con la crisis civilizatoria”.
Por ejemplo, ahora “nuestra sociedad está desbordada de plataformas, lenguajes y medios instantáneos y globalizados, y esa explosión está relacionada con su profunda insuficiencia”, si se considera que “no hemos podido construir sentido para una comunidad cultural mundializada que respete las condiciones dignas del ser humano y la naturaleza”.
El estallido de manifestaciones tiene que ver con esta escasez, pues “parece que no nos podemos poner de acuerdo, que queremos decir algo y las palabras no son suficientes, porque las voces no nos alcanzan y tenemos que buscar otras formas” distintas al mensaje, la imagen, la acción o la gestualidad, porque “tenemos esa urgencia de erigir de manera conjunta el bienestar globalizado, por lo que ese es el problema de los lenguajes”.
La necesidad de expresión hace que las diferencias entre poesía, música, pintura y teatro se diluyan, porque los creadores empiezan a no hacer caso a esta división tan tajante y a incorporar elementos de la propia disciplina a otras, de tal forma que encontramos artistas, corrientes y obras que intercambian y pasan sus ideas de una a otra y experimentan, por ejemplo, entre poesía y visualidad, o visualidad y música o teatro.
Ese juego de intercambios de las prácticas creativas se permite, por ejemplo, la aparición del diseño, pues éste empieza a concretarse como una práctica a mediados del siglo XIX, porque los escultores, artesanos, pintores intercambian elementos y ven que es posible crear objetos bellos y útiles que cumplan su función.
La línea fronteriza entre las aquéllas se desvanece, los territorios se expanden y se sobreponen, y este juego de mezcla de disciplinas artísticas ha dado un motor para la propuesta de nuevas voces y disciplinas.
El Seminario Punto de Encuentro, los lenguajes inclusivos en el diseño fue organizado por el Departamento de Síntesis Creativa de la Unidad Xochimilco.
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