Por: Aldo Herrera
Expertos e integrantes del Parlamento Juvenil de México 2015, que se realiza en la sede del Senado, coincidieron en que son los jóvenes quienes pueden restaurar la deteriorada relación de las autoridades de diferentes niveles de gobierno con la sociedad.
El comisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), Joel Salas Suárez, aseguró que los jóvenes pueden ser la generación que haga de la información pública el insumo para una nueva y más estrecha relación entre autoridades y población, que permita restaurar el deteriorado vínculo de confianza entre ambas partes.
En su mensaje durante la inauguración del Primer Parlamento Juvenil 2015, coorganizado por la Cámara de Senadores, enfatizó que el INAI tiene la convicción de que los jóvenes pueden ser la generación que utilice la información como un mecanismo real de control y transformación del poder.
Puntualizó que los ciudadanos y especialmente los jóvenes no sólo quieren hoy ejercer su voto y ser meros testigos de las acciones y decisiones de los gobiernos, sino que quieren ser parte de ellas; aunque, precisó, la demanda y exigencia es que los derechos civiles, políticos y sociales de todos los mexicanos sean plenamente garantizados.
Jorge Enrique Pérez Vázquez, coordinador general del Parlamento Juvenil de México 2015, consideró primordial que los legisladores y funcionarios de los tres poderes de la Unión y los ámbitos de gobierno, reconozcan a las y los jóvenes como un actor social y estratégico para la transformación y mejoramiento de nuestro país.
Alertó que de acuerdo a datos de la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, seis millones de jóvenes están involucrados en el narcotráfico y 38 por ciento son víctimas de homicidio juvenil.
Señaló que de acuerdo a las cifras del Censo de Población 2010, existen 32.6 millones de jóvenes entre los 12 y 29 años de edad y de estos, el 65 por ciento se encuentra en situación de desempleo, mientras que siete millones 819 mil 180 jóvenes no trabajan ni estudian.
Para Alejandro Porte Petit, director jurídico de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), la corrupción no es exclusiva del Estado, sino es un problema de todos “que se va dando desde que nacemos”: lo ves culturalmente en la televisión o en la forma en que nos gusta participar para trascender en muchas actividades.
Comentó que la corrupción que se da desde abajo “es inmensa”, por ejemplo, aquella que ocurre en los reclusorios. Por ello, consideró que aún falta mucho por trabajar en la parte preventiva y en la cultura de la legalidad entre funcionarios y ciudadanos, a fin de formar personas éticas que respeten la norma.
Refirió que existen 15 tipos penales que hacen mención a la corrupción, lo que ha complicado la impartición de justicia en esta materia; el Código Penal, agregó, es utilizado como “cajón de sastre, donde aventamos todo aquello que no le podemos dar solución por otras vías”, apuntó.
A su vez, Eduardo Bojórquez, director de Transparencia Mexicana, comentó que actualmente se vive en un esquema de simulación, pues el delito de corrupción no está asentado como tal en las leyes, por lo que se puede acusar fácilmente a alguien pero no será procesado.
Participaron también en este evento, el presidente del Comité Organizador del Parlamento Juvenil, Jonathan Bárcenas Pérez; Roberto Castillo, coordinador de Wikipolítica; Enrique Olmedo Piña, catedrático del ITAM Santa Fe; y Ángel David Fonseca Corral, catedrático de la Facultad de Economía de la UNAM
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