Por Redacción
Los derechos humanos deben ser una prioridad máxima durante la Cumbre de Líderes de América del Norte en Ottawa, dijo Amnistía Internacional en una carta abierta al Presidente de los Estados Unidos Barack Obama, al Presidente mexicano Enrique Peña Nieto y al Primer Ministro canadiense Justin Trudeau. La carta fue compartida con los líderes con anticipación de la Cumbre del 29 de junio, aportando recomendaciones sobre la protección de los derechos humanos en relación a las personas migrantes y refugiadas, comercio e inversión, pueblos indígenas, mujeres y niñas, seguridad pública y nacional, cambio climático, y personas defensoras de los derechos humanos.
“Hemos llamado a los líderes de América del Norte a ir más allá de abordar los derechos humanos como solo un tema entre muchos en su discusión durante la Cumbre. En lugar de eso, buscamos que adopten una agenda impulsada por los derechos humanos que coloque estas cuestiones donde pertenecen, en el corazón mismo del trabajo de nuestros líderes y de una visión de América del Norte”, dijo Alex Neve, Secretario General de Amnistía Internacional Canadá. “Cuando finalice la Cumbre, esperamos ver evidencia de que se escuchó el llamado de los dos millones de personas simpatizantes de Amnistía Internacional a lo largo de América del Norte. Se necesitan nuevas medidas que aborden sustancialmente las apremiantes preocupaciones sobre derechos humanos que han sido planteadas”.
En la Carta Abierta, Amnistía Internacional exigió compromisos “generosos y concretos” de América del Norte para compartir más equitativamente la responsabilidad global de proteger los derechos de las personas refugiadas alrededor del mundo. La organización exigió, además, un plan de acción conjunto para proteger a las personas migrantes en las Américas, muchas de los cuales huyen de circunstancias tan violentas y peligrosas que deberían ser clasificadas como refugiadas. Amnistía Internacional también demandó un cese inmediato a la actual práctica de los tres países de recluir a la niñez migrante y refugiada en centros de detención.
“Debido a que el número de gente que huye de la violencia y la persecución sigue creciendo, es imperativo proteger los derechos humanos de las personas refugiadas y migrantes. En lugar de incrementar las barreras para las personas refugiadas y migrantes, y someterlas a más adversidades, nuestros líderes deben esforzarse por proteger sus derechos, en Norteamérica y el extranjero”, dijo Margaret Huang, Directora Ejecutiva Interina de Amnistía Internacional EUA. “Como un primer paso decisivo, el Presidente Obama, el Presidente Peña Nieto y el Primer Ministro Trudeau deben cada uno comprometerse definitivamente a terminar con la detención de toda la niñez migrante y refugiada”.
Amnistía Internacional también exigió acciones que aborden la violencia y discriminación contra las mujeres y niñas, particularmente los niveles alarmantemente agudizados de dicha violencia y discriminación que experimentan las miembros de las comunidades indígenas. Las mujeres y niñas indígenas en Canadá enfrentan un riesgo significativamente agudizado de ser sometidas a la violencia, incluyendo el asesinato, que surge de la marginalización social y económica profundamente enraizada en la sociedad canadiense. En los Estados Unidos, más de una de cada tres mujeres indígenas serán violadas a lo largo de sus vidas. En México, la violencia contra las mujeres y niñas, incluyendo feminicidios, desapariciones, tortura y violencia sexual, permanece endémica. La gran mayoría de los casos no son investigados con la diligencia debida y los perpetradores de la violencia rara vez son llevados ante la justicia, dejando a las mujeres en riesgo constante.
“El agudizado nivel de riesgo que enfrentan las mujeres y niñas en América del Norte, particularmente las mujeres y niñas indígenas, debe ser una prioridad urgente para nuestros líderes”, dijo Perseo Quiroz, Director Ejecutivo de Amnistía Internacional México. “Exigimos que se comprometan a desarrollar planes de acción nacionales para terminar con la violencia contra las mujeres, los cuales aborden las múltiples e interconectadas formas de discriminación que enfrentan a lo largo de América del Norte. Nuestros líderes también deben implementar la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas como una medida de protección que aborde los riesgos particulares enfrentados por las mujeres y niñas indígenas”.
Entre otras recomendaciones, la Carta Abierta de Amnistía Internacional también exige a los tres líderes: abordar la crisis de financiamiento que enfrenta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH); poner los derechos humanos en primer lugar en todas las leyes, políticas y prácticas de seguridad pública y nacional; iniciar evaluaciones extensas, independientes, imparciales y transparentes sobre el impacto en los derechos humanos tanto en el TLCAN como en el TPP y abordar cualquier impacto nocivo; adoptar leyes y políticas para garantizar que se haga responsable a las compañías que han causado o contribuido a los abusos de derechos humanos; asegurar que las medidas que aborden el cambio climático cumplan con las normas internacionales de derechos humanos; y reiterar públicamente el importante papel que juegan las personas defensoras de los derechos humanos.
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