Por: Redacción/
En esta era digital, cada vez más se diluyen las líneas entre los humanos y las máquinas, y como todo se resguarda con datos, se han convertido en el “petróleo” del siglo XXI, y la ‘industria 4.0’ es la “refinería” que permite aportar, explotar, tener información y modelos de negocios diferentes, expuso en la UNAM Bruno Juanes Gárate, de la empresa Deloitte Consulting.
En la conferencia “Industria 4.0. El futuro es hoy”, en el contexto de las Jornadas de Innovación 2018, convocadas por la Coordinación de Innovación y Desarrollo, explicó que la ‘industria 4.0’ es considerada la actual revolución industrial. Consiste en la digitalización de los procesos industriales, mediante la interacción de la inteligencia artificial con las máquinas y la optimización de recursos, todo enfocado a la creación de metodologías comerciales efectivas.
“Todo estará permeado de esta revolución. Habrá necesidad de profesiones nuevas, y para ello ya existen suficientes herramientas de aprendizaje y recursos de instrucción en línea. Por ello, siempre les recomiendo que jueguen con las tecnologías, porque están más accesibles que nunca”.
El consultor ibérico ejemplificó qué es la ‘industria 4.0’: “Imaginen un refrigerador tradicional, analógico, al que se podría colocar WiFi, código de barras y una cámara; podríamos ver en su interior y vincularlo con un asistente de voz para ordenar desde cualquier parte que lleven a casa los productos que hagan falta. “Luego, de acuerdo con el historial de consumo, el mismo refrigerador se pondría en contacto con el proveedor y todo se gestionaría a través de medios digitales”.
En 2010, prosiguió, se creó el primer zettabyte de datos, equivalente a 36 millones de años de video. En 2020 pasaremos de uno a 44 zettabytes generados en todo el mundo, y lo importante es que esa cifra se multiplicará exponencialmente cada dos años. “Las empresas que no tengan un modelo de datos en su mente o en su horizonte, o que no vinculen la data con sus productos, no van a subsistir al siglo XXI”, alertó.
En el auditorio José Luis Sánchez Bribiesca de la Torre de Ingeniería, el especialista internacional en gestión aclaró que esta situación no implica un apocalipsis de la robótica: Los robots pueden provocar un desplazamiento en el mercado laboral, pero de la fuerza menos sofisticada, “como siempre ha ocurrido”.
En su momento, la electricidad desplazó a los fabricantes de velas, pero esa industria ha mejorado las condiciones de vida de muchas personas. Antes de la llegada del automóvil había casi 30 millones de caballos, que tenían una vida compleja: tiraban de carretas, iban a conflictos bélicos, araban los campos, y ya con el uso de los coches la población de equinos pasó de 30, a tres millones, resaltó.
“El trabajo, el empleado y el lugar laboral cambiarán, sin duda; lo que hace la tecnología es potenciar o desplazar algunos factores, pero no a corto plazo”, concluyó.
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