Por. Redacción /
Es un mito que los biocombustibles representan una alternativa al uso del petróleo destinado al transporte, pues su producción atenta contra la autosuficiencia alimentaria y contribuye de manera severa a la degradación medioambiental, por lo que la opción está en las energías primarias renovables, sostuvo la doctora Margarita Viniegra Ramírez.
La académica del Departamento de Química de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana señaló que esta tesis es confirmada en el libro Biocombustible, del doctor Joaquín Pérez Pariente, Doctor Honoris Causa por la UAM, presentado en el quinto aniversario del Ciclo: La ciencia en tu universo, que organiza la Unidad Azcapotzalco.
La generación de biocombustibles implica la destrucción de campos fértiles destinados a los vegetales y la desaparición de bosques y selvas para sembrar maíz, azúcar, trigo y semillas oleaginosas, entre otras especies, aunado al fenómeno de deforestación y las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Los impactos adversos son mayores que aquellos derivados de la quema de combustibles fósiles, pues “es peor destruir una hectárea de selva, bosque tropical o de niebla” que la contaminación que genera el consumo de petróleo, carbón o gas, entre otros.
Pérez Pariente insta a “no dejarnos llevar por modas ni análisis superficiales” y considera que la mirada debe ponerse en las fuentes “primarias renovables: solar, eólica, geotermia y nuclear, en las que deben volcarse todas las investigaciones”.
La obra ofrece un balance de los procesos para obtener biocombustibles según el cual se consume más energía para lograrlos que la que proporcionarán utilizándolos, si se considera que un litro de metanol rinde una cuarta parte en relación con un litro de gasolina y para que un avión vuele una sola vez se necesitan 900 hectáreas para cultivar las semillas que generan los biocombustibles.
Los cambios de uso de suelo en naciones subdesarrolladas de América, Asia y África son “espeluznantes” por la desaparición de la biodiversidad para sembrar plantas destinadas a la elaboración de biocombustibles.
La investigadora en catálisis heterogénea y metales de transición y sus óxidos indicó que ese tipo de materiales son factibles en pequeñas comunidades o ranchos, por ejemplo en Baja California, donde el exceso de grasa de borrego se destina para fabricar diésel.
La doctora Viniegra Ramírez cuestionó la política en la materia de México, pues las instituciones del ramo debieran brindar información seria relativa al impulso de proyectos de investigación.
La doctora Julia Aguilar Pliego, profesora-investigadora del Departamento de Ciencias Básicas de la Unidad Azcapotzalco, exaltó la trayectoria profesional, de investigación y docencia del doctor Pérez Pariente, especializado en síntesis de materiales zeolíticos y sus aplicaciones como catalizadores en procesos de refinación del petróleo y en productos de alto valor añadido, así como en historia de la química.
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