Por: Redacción/
La aplicación de las tecnologías de vanguardia puede acelerar considerablemente los esfuerzos por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y hacer frente al cambio climático; pero, por otro lado, también pueden incrementar las tensiones sociales y generar una dinámica de ganadores y perdedores, según advierte el nuevo Estudio Económico y Social Mundial 2018.
El informe presentado este lunes en Nueva York, elaborado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA), destaca que, por ejemplo, las energías renovables y los sistemas de almacenamiento de energía sirven para mejorar la sostenibilidad ambiental, una situación que permite a los países sobrepasar la tecnología actual.
Las nuevas tecnologías también han mejorado el acceso a los medicamentos y el bienestar de los más vulnerables, gracias al uso de los dispositivos móviles y las innovaciones de la economía digital que facilitan el acceso a servicios financieros para millones de personas en los países en desarrollo.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, manifestó que aprovechar todo el potencial de estas innovaciones puede generar beneficios a la salud, al medioambiente y traer prosperidad para todo el mundo.
Pero destacó que, para que funcionen, “necesitamos políticas que garanticen que las tecnologías de vanguardia -que trascienden cada vez más las fronteras sectoriales, geográficas y generacionales- no sólo sean viables desde el punto de vista comercial, sino también equitativas y éticas. Esto requerirá una evaluación rigurosa, objetiva y transparente, en la que participen todas las partes interesadas”, dijo.
Por su parte, el secretario general adjunto de DESA, Liu Zhenmin, destacó que “es muy urgente acelerar nuestros esfuerzos para hacer frente al cambio climático y avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, y añadió que “las nuevas tecnologías pueden ofrecer soluciones de gran repercusión”.
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