Por: Redacción
El senador Miguel Barbosa Huerta, presidente del Instituto Belisario Domínguez (IBD), señaló que el Senado de la República debe asumir sus facultades constitucionales en política exterior y ser parte de la construcción de una estrategia común del Estado mexicano frente al nuevo gobierno estadounidense.
“Si el Senado no asume la posición de colaborar, de ser parte en la construcción de la política de Estado en esta materia, estaríamos cayendo en una institución que no es capaz de asumir sus funciones”, señaló durante la inauguración del foro “Donald Trump Presidente: el día después”, organizado por el IBD.
Barbosa Huerta insistió en que es necesaria una política común del Estado mexicano en materia de política exterior, “hoy vemos que se navega sin estrategia” y ello preocupa porque “son los tiempos de Trump” y esto pueda ser parte la estrategia devoradora de alguien que quiera acreditar lo que dijo en campaña.
Durante la primera mesa de análisis, Luis Ernesto Derbez, rector de la Universidad de las Américas de Puebla, aseguró que el tema de la construcción del muro fronterizo es irrelevante, pues ya existe un muro que se ha desarrollado en los últimos años, y sería “tonto” caer en la discusión sobre quién pagará esa barrera.
Respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) opinó que su renegociación será complicada, ya que Donald Trump es “narcisista, buleador y mentiroso”, y es evidente que planteará lo que quiera, será una renegociación a su modo y no buscará una ventaja para Estados Unidos, sino para él mismo.
Advirtió que sería un error de México aceptar esta renegociación, porque “no tenemos una idea de cuál es el planteamiento” que hará el nuevo Presidente de Estados Unidos; además, dijo, no estamos preparados, no tenemos una postura general y no se ha discutido con la población cuáles deberían ser los patrones de esta renegociación.
En tanto, el diplomático Arturo Sarukhán instó al Senado a participar como un coaccionista en el diseño integral de una agenda de negociación y posición frente a Estados Unidos; también a repensar la política exterior del país y cómo usar sus fichas para generar equilibrios y contrapesos con esa nación, apuntó.
Consideró que en este momento, donde hay una potencial y brutal involución de la manera en que ambos países venían trabajando desde hace más de 20 años, se requiere que México ponga sobre la mesa medidas extraordinarias que permitan reducir los márgenes de presión del gobierno estadounidense y ampliar los márgenes de maniobra del gobierno mexicano.
La doctora Blanca Heredia, académica del CIDE, señaló que el nuevo mandatario de la Unión Americana tiene en la “impredecibilidad” una estrategia para mantener a otros países en ascuas. “¿Qué hacer frente a un mundo impredecible? Cuando no puedes predecir el mundo, tienes que animarte a hacerlo”.
Refirió que el México postrevolucionario en su etapa dorada, de mayor estabilidad, de crecimiento económico y desarrollo social, tenía muy claro que los dos pilares del Estado mexicano eran la política exterior y la política cultural.
“Es claro que hace ya tiempo están muy resquebrajadas ambas, se nota desde los presupuestos, en la falta de una visión grande”, y lo que hoy se requiere es inteligencia, prudencia, arrojo, “sentirnos capaces de pensar por nosotros mismos, de imaginar el país que queremos, y eso no lo va a hacer una sola persona”, indicó.
Carlos Bravo Regidor, internacionalista del Colegio de México, señaló que las decisiones del gobierno mexicano relativas a nombramientos parecieran indicar que la política exterior mexicana tiene un único destinatario y está pensada para un único cliente: Donald Trump.
Comentó que el personal diplomático mexicano está marginado y no parece que el gobierno esté interesado en escuchar lo que tengan que decir o en aprovechar su experiencia. Además, dijo, quedan muchas dudas respecto a la conformación de la Cancillería, a los nombramientos que se harán en los consulados y en las relaciones con el mundo.
El foro “Donald Trump Presidente: el día después”, concluye este martes, donde están previstas cuatro mesas de trabajo: México-Estados Unidos, política exterior mexicana; México-Estados Unidos, futuro con perspectiva histórica; México-Estados Unidos, derechos humanos, migración y seguridad; y México-Estados Unidos, economía y comercio.
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