Por:Redacción
Texto íntegro de su discurso entorno a la investigación realizada por la Secretaría de la Función Pública:
La conclusión de esta exhaustiva investigación es que las conductas de las partes involucradas fueron legales y que no existieron dichos conflictos.
La investigación demuestra que la conducta, tanto de mi esposa y la mía, estuvieron plenamente apegadas a la ley.
Sin embargo, estoy consciente y reconozco que estos acontecimientos dieron lugar a interpretaciones que lastimaron e incluso indignaron a muchos mexicanos.
A todos ellos, les ofrezco una sincera disculpa.
Estos meses han sido difíciles para mi familia y muy particularmente para mi esposa Angélica, a quien le reitero plenamente mi agradecimiento por su entereza y solidaridad.
Ella ha sido una madre ejemplar, que se ha entregado con dedicación y cariño a la familia que hemos formado. Y, una vez más, desde aquí, todo mi amor y reconocimiento para mi esposa Angélica.
En este tiempo, he reflexionado profundamente sobre lo ocurrido.
Estoy plenamente convencido que en el México actual, la conducta del Presidente de la República como Jefe del Estado y la de todos los que tenemos el privilegio de servir a los mexicanos, además de estar apegada a derecho, debe ser tal que nuestras acciones no generen desconfianza entre la población.
Debemos entender que nuestra responsabilidad pública se rige por la ley, pero que también estamos obligados a actuar, de tal manera, que nuestras acciones no provoquen, ni sospechas, ni malinterpretaciones.
También estoy consciente de que estos acontecimientos han generado un necesario y profundo debate sobre la transparencia, la rendición de cuentas y el combate a la corrupción.
Ante ello, mi Gobierno promovió, junto con el Congreso, los partidos políticos y destacados expertos y miembros de la sociedad civil organizada, varios de ellos aquí presentes, una de las legislaciones más avanzadas en materia de transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción.
Se trata de un cuerpo normativo que no tiene precedentes en la historia de nuestro país.
Quiero reiterar, ante ustedes y ante todos los mexicanos, mi más firme compromiso de acelerar la puesta en marcha de estos mecanismos.
Por ello, trabajaré con el Congreso de la Unión para concretar, en el próximo Periodo Ordinario de Sesiones, la Legislación Reglamentaria del Sistema Nacional Anticorrupción.
Los mexicanos hemos ido perdiendo algo fundamental para crecer como sociedad y como país: la confianza; la confianza en el Gobierno Federal, en los gobiernos locales, en el congreso Federal y en las Legislaturas de los Estados, en el Poder Judicial de la Federación y en el Poder Judicial de las distintas entidades.
Desafortunadamente, las instituciones públicas y privadas han sufrido un deterioro en la confianza. Y lo más grave, también existe una pérdida de confianza entre los ciudadanos mismos.
Por ello, es momento de iniciar un profundo esfuerzo, un esfuerzo común para recobrar este valor que hemos perdido.
Es momento de recuperar la confianza en México y en nosotros mismos.
Es momento de estar más unidos que nunca, ya que enfrentamos, como país, un entorno económico internacional difícil y complejo.
En lo personal, puedo dar testimonio de la capacidad que tenemos los mexicanos para salir adelante frente a los retos más complejos, y confío plenamente en nuestro talento y fortaleza de carácter.
Como sociedad, en los últimos dos años fuimos capaces de confiar en nosotros mismos y de emprender, de manera conjunta, una de las transformaciones más profundas que haya experimentado nuestro país.
Fuimos capaces de confiar entre quienes nos veíamos como adversarios para sacar adelante las reformas estructurales que cambiarán el futuro de nuestro país.
Sé muy bien que la confianza no la vamos a recuperar con discursos. Ésta sólo regresará a partir de acciones concretas.
Por ello, mi compromiso es trabajar incansablemente para mostrar que las Reformas que hicimos juntos, sí pueden cambiar la vida cotidiana de las familias mexicanas.
Vamos a acreditar que sí es posible conducirnos como servidores públicos, con plena transparencia y rendición de cuentas.
Demostremos que sí es posible combatir con eficacia la corrupción; que sí es posible tener un México con educación de calidad.
Que sí es posible tener una Nación más productiva y generadora de riqueza.
Que sí es posible, como hoy aquí nos ocupa, vencer a la delincuencia.
Que sí es posible, en suma, construir un México más libre, con mayor igualdad y de mayores oportunidades, y un México más próspero.
Para lograrlo, todos los aquí presentes debemos trabajar unidos, para dar cauce a esta transformación, que estoy plenamente comprometido a seguir encabezando como Jefe del Estado mexicano, y a la que todos, absolutamente todos, están llamados a formar parte.
Los invito a que trabajemos juntos. A que, independientemente de nuestro origen partidista, nuestras creencias e, incluso, nuestros desacuerdos, construyamos a partir de un objetivo común, el de recuperar la confianza de México y la confianza en México.
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