Por: Redacción
Los resultados de la Cuarta Convocatoria de la Ronda Uno y de la primera asociación de Petróleos Mexicanos (Pemex) son, hasta el momento, “la cereza en el pastel” de la reforma energética y generan mejores perspectivas para futuras rondas.
El Centro de Estudios Económico del Sector Privado (CEESP) afirma que además del éxito en términos económicos, de empleo y de desarrollo de energía, la cuarta convocatoria de la también llamada ronda 1.4 de aguas profundas se convierte en un hito de la reforma energética.
Ello, porque genera expectativas muy favorables para las siguientes rondas en las que se tiene previsto licitar más campos de aguas someras, terrestres, de aguas profundas y posiblemente de yacimientos de lutitas, subraya.
La confianza que generó el proceso de la ronda 1.4, llevado con total transparencia, así como la diversidad de empresas y países que participaron, reflejan los esfuerzos que el país realiza para estimular la inversión privada, nacional y extranjera, que es un importante motor del crecimiento.
En este entorno, continúa, ahora se deberá estimular la participación de proveedores nacionales facilitando los medios para que se integren al proceso de modernización y desarrollo tecnológico que se requiere para participar eficientemente en las cadenas productivas.
El organismo de investigación del sector privado considera que en un entorno como el que atraviesa el país, es evidente que estas son buenas noticias que pueden inducir una mejor perspectiva para los próximos años.
Refiere que México se había caracterizado por ser un país carente de posibilidades para explotar sus recursos petroleros y por una reglamentación que impedía asociarse o permitir al sector privado participar en la explotación de los recursos.
Hace tan solo menos de una décadas era impensable considerar la posibilidad de una posible apertura de este sector, expuso el organismo.
Afirma que a no ser por el periodo de elevados precios internacionales del crudo cuando los ingresos de Pemex aumentaron significativamente, los cuales se diluyeron a través de una elevada carga fiscal y la atención de un creciente problema de pensiones, habría iniciado su decadencia años antes.
Ello, debido al descuido y la imposibilidad de atender sus necesidades en materia de modernización e inversión productiva, lo que limitaba su operación a la explotación de campos de poca profundidad, señala.
Expone que era evidente la necesidad de renovar a la empresa pública más grande del país, ante su pérdida de competitividad y reducción en su aporte al crecimiento del aparato productivo del país.
Destaca que la visión de una reforma petrolera marcó la línea futura que se quería para Pemex como empresa y para el país como un activo productor de hidrocarburos y fuente de inversión privada.
Indica que los resultados de la ronda 1.4 superaron todas las expectativas, ya que de los 10 bloques de yacimientos licitados, se adjudicaron ocho, lo que significó un grado de éxito de 80 por ciento, cuando las autoridades esperaban solo 40 por ciento.
De manera adicional se concretó la asociación de la empresa australiana BHP con Pemex para explotar el campo Trion, menciona.
“Sin duda estos resultados son, hasta el momento, la cereza en el pastel de la reforma energética”, porque el beneficio para México es claro: 41 mil millones de dólares en inversión a lo largo de los próximos 35 años; aumento en la producción diaria de crudo en 900 mil barriles; y la creación de 450 mil empleos a lo largo de la vida de los contratos.
Todo ello, a pesar de un entorno en el que la economía mundial y el mercado petrolero mantienen un cierto grado de debilidad, aunado al difícil panorama que se prevé ante la posible limitación de las inversiones estadounidenses
Sin duda, afirma el organismo, la reforma petrolera comienza a dar muestras de su enorme potencial y a evidenciar lo atractivo que es invertir en México, independientemente de las limitaciones que se le intente poner en otros países.
Apunta que los esfuerzos en este aspecto son evidentes y se reflejan en la amplia diversidad de inversionistas y países interesados en participar en estos proyectos: 70 por ciento de las empresas que se adjudicaron los proyectos proceden Asia, Europa y Oceanía.
Además, tres de las principales compañías petroleras de Estados Unidos participaron en el proceso con su respectiva adjudicación de proyectos.
Sin duda esto también fue resultado de la total transparencia con que se llevó a cabo el proceso, propiciando los elevados niveles de competencia que se observaron, estima el CEESP .
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