Por Arnulfo Roque Huerta
Aún después de la situación que se vive en algunas partes del país posterior al sismo, aún después de la desgracia y el paso lento para volver a clases, aún después de todo esto las buenas noticias llegan alegrando a la comunidad educativa y particularmente a un alumno de la Escuela Preparatoria Oficial del Estado de México número 314, quien aplicó por una beca para estudiar en Canadá y la semana pasada le fue informado que era merecedor de dicho beneficio.
Ciertamente las felicitaciones al alumno no se hicieron esperar, así mismo los más allegados lo llenaron de elogios y obviamente la escuela se llenó de orgullo al ser parte de la formación del chico; no faltó quien quiso adjudicarse parte del crédito y peor aun los que le atribuyeron este logro a la suerte… ¿Suerte? (risas irónicas) La suerte no existe, esta meta lograda no se consigue con suerte sino con esfuerzo, dedicación, lucha, trabajo y confianza en sí mismo.
De las muchas frases que escuché hacia el alumno becado una llamó mi atención seriamente: “querer es poder”… La gente ha dicho y creído esta frase por años pero solo se ha quedado como simples y llanas palabras sin que realmente puedan hacer o lograr mucho y no es por ser aguafiestas pero esa proposición ha sido usada por años para motivar, engañando y asegurando algo que realmente es falso. En verdad no miento al decir que no siempre lo que se quiere se puede.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua “poder” es la facultad de realizar tal o cual actividad… yo le agregaría con habilidad, destreza y gusto; mientras que “querer” se define como tratar de obtener. Claro está que tratando no se puede conseguir la facultad para nada, pensemos en este alumno becado: claro que quería la beca pero no se quedó queriendo sino que buscó la manera de lograrlo, estudió, leyó, trabajó, seguramente se develó, dejó de hacer muchas cosas que le hubiesen gustado, dejó de lado reuniones con amigos, eventos familiares y hasta citas con chicas para conseguir se acometido.
Yo me atrevo a modificar el querer es poder por la premisa “SABER ES PODER” y es que saber es definido como el conjunto de conocimientos amplios y profundos que se adquieren mediante el estudio y la experiencia. De allí tenemos que partir para entender que entre querer y saber existe un abismo pues querer es sencillo, cualquiera puede querer, de hecho muchas personas se han llegado a frustrar en el querer; querer no implica esfuerzo, conocimiento, habilidad ni destreza; todos quieren y casi nadie obtiene.
Pero saber no cualquiera lo logra pues para saber hay que estudiar sin reparar en el tiempo que se lleve en ello, saber implica horas de investigación, arduo trabajo, constante experimentación y obvio lectura cotidiana; saber jamás trae frustración, por el contrario asegura satisfacción y resultados favorables. Por ello aseguro que el que sabe puede, pues tiene las capacidades necesarias para realizar tal o cual actividad con habilidad, destreza y gusto.
Sé que hay muchos estudiantes queriendo oportunidades para superarse, a ellos les digo no basta con querer, luchen por obtener el saber, por conseguir conocimiento pues como dijo Séneca: “La naturaleza nos ha dado las semillas del conocimiento, no el conocimiento mismo”.
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