Por: Redacción/
La presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, diputada María Wendy Briceño Zuloaga (Morena), sostuvo que los retos para la Cámara de Diputados en materia de equidad son terminar con la subordinación de las posiciones políticas a los liderazgos masculinos, con la violencia política y que las leyes se realicen con una perspectiva de género.
Al concluir el foro “Debates parlamentarios sobre la igualdad de género, los derechos humanos de las mujeres y la no discriminación: herramientas para fortalecer el quehacer legislativo con perspectiva de género”, añadió que si bien es cierto este órgano legislativo tiene el 48.2 por ciento de mujeres y el Senado de la República un poco más del 49.22, es decir, prácticamente es paritaria, es necesario que éstas ejerzan su propio liderazgo.
Refirió que es primordial comenzar a construir paradigmas de igualdad, no autoritarios ni violentos “porque hay una idea de que la política es algo sucio, no es honesto, lo cual limita la participación de las mujeres”.
Enfatizó que la Comisión que preside trabajará para tipificar en todas las entidades la violencia política, desmitificar el purismo de las mujeres, que los gabinetes locales y federales sean paritarios, pero sin duda la premisa fundamental es eliminar cualquier forma de discriminación en los ámbitos, civiles, políticos, laborales, económicos, entre otros.
“Se deben respetar las leyes y que se repare el daño a las víctimas de violencia política, se sancione a los partidos políticos que lo fomenten y se respete el presupuesto dirigido a la igualdad de género.
Durante el panel 2 “Aportes para fortalecer la agenda legislativa: De la igualdad formal a la igualdad sustantiva y real”, Gloria Ramírez Hernández, especialista en Derechos Humanos de las Mujeres y la Agenda CEDAW, enfatizó que las recomendaciones del Comité de esta Convención deben ser la hoja de ruta para el trabajo legislativo, ya que “no se puede legislar con perspectiva de género si no se conoce la CEDAW y menos si no se aplica”.
Precisó que el Comité CEDAW invita al Congreso de la Unión a que de conformidad a su mandato adopte las medidas necesarias para llevar a la práctica las observaciones. Algunas de las recomendaciones señalan que deben derogarse aquellas normas legislativas discriminatorias contra las niñas y mujeres y definir jurídicamente las sanciones relativas a los actos de discriminación y violencia a la mujer.
Asimismo, reformar el artículo 73 de la Constitución para que el Congreso pueda aprobar un Código Penal Nacional que regule todos los asuntos penales con inclusión de todos los delitos y sanciones o establecer una base mínima que garantice plenamente los derechos de las mujeres.
También, establecer un mecanismo de denuncia judicial específico para los casos de discriminación contra las mujeres, así como velar porque se asignen los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios para su aplicación efectiva.
Virginia García Beaudoux, asesora internacional en Comunicación Parlamentaria con Perspectiva de Género, de Argentina, refirió que en 2017, a nivel mundial, solamente 23 de cada 100 asientos de las bancas de los parlamentos del mundo entero estuvieron ocupadas por mujeres, y solamente el 18 por ciento de los ministros de gobierno del mundo son mujeres.
Subrayó que en muchos parlamentos las mujeres han alcanzado casi la paridad, pero en los gobiernos, ministerios y comisiones parlamentarias decisivas como Presupuesto, “lo que uno encuentra es abrumadora cantidad de hombres. Falta paridad en todos lados”.
Algunas recomendaciones, dijo, son igualar las condiciones para todas y todos los jugadores de la política; involucrar a los partidos políticos y que se comprometan a proveer actividades dirigidas a sus cuadros femeninos, así como capacitar a los hombres en cuestiones técnicas sobre temas de género. Asimismo, crear alianzas y redes interparlamentarias de mujeres; programas de mentoras; cambiar prácticas parlamentarias, condiciones laborales, horarios de votación, que haya guarderías y lactarios.
Consideró que “cuando uno deja fuera al 50 por ciento de la población, está dejando fuera al 50 por ciento de los potenciales, talentos humanos y posibilidades que tenemos como sociedad de solucionar los problemas que se tienen, y tenemos tantos problemas tan serios que no nos podemos dar ese lujo”.
El responsable de la Investigación y Sistematización de Género y Desarrollo (GENDES), A.C., René López Pérez, habló sobre el papel de los hombres en la construcción de la igualdad sustantiva, y opinó que la idea de que los varones están por encima de las damas es producto del imaginario cultural y la educación.
Ante ello, agregó que la apuesta del feminismo consiste en mejorar a las sociedades, así como la condición de los hombres para que sean más igualitarios y sensibles, que miren la vida diferente, porque la masculinidad tradicional enseña a ser insensibles respecto a las necesidades de las mujeres y mantener diferentes formas de control y dominio.
Es por eso, que los hombres deben involucrarse y proponer políticas públicas, a fin de lograr que la mujer avance lo más pronto posible en la igualdad de género. “Debemos participar en estrategias para desestructurar estas prácticas y creencias y dejar de verlo como un problema de las mujeres porque es un problema social”.
Mencionó que para lograr una verdadera igualdad hay que realizar alianzas que permitan adelantar en la agenda de género; enriquecer el diálogo y acuerdos entre el gobierno, academia, iniciativa privada y organizaciones sociales.
Asimismo, agregó, vincular la igualdad de género con los derechos humanos, la diversidad sexual y el ambientalismo. “Tenemos que expandir las fronteras de lo que se entiende como derecho de género, el problema de las desigualdades tiene que ver con que están presentes en muchos ámbitos de la vida social y tenemos que pensar no sólo en cómo se afecta a un sector específico, sino a toda la sociedad”.
Refirió que para generar políticas públicas a largo plazo se deben tomar en cuenta factores como el cambio cultural e Incorporar a los hombres en temas de empoderamiento femenino, porque “si realmente queremos tener sociedades igualitarias tenemos que cuestionar las relaciones de poder entre ambos sexos”.
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