Mantener un entorno escolar protector de niñez y adolescencias precisa de la participación de madres, padres, personas cuidadoras y docentes en actividades de prevención.
Así lo sostiene la Secretaría Ejecutiva (SE) del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) adscrita a la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, debido a que las violencias escolares son un fenómeno mundial que afecta la vida, el desarrollo y el bienestar de miles de menores de 18 años de edad.
La SE del Sipinna nacional respalda este llamado en virtud de que entre las buenas prácticas por la Oficialía de Protección a la Infancia del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) se enfatiza que las violencias tienen distintas consecuencias sobre la niñez.
Las emocionales derivan en estrés y ansiedad; las físicas incluyen lesiones irreversibles; las cognitivas van del retraso intelectual a la inadaptación a la escuela, y las sociales generan incapacidad para socializar y uso de sustancias psicoactivas.
Estos señalamientos fueron parte de las conclusiones emitidas en el Foro Virtual de Buenas Prácticas sobre Espacios Escolares Seguros: Prevención del Acoso Escolar, del que México forma parte.
En este sentido, se afirmó que generar nuevas formas de socialización desde los diferentes centros educativos facilitan el entendimiento de la diversidad y la pluralidad en todos los aspectos y contribuye a terminar con prácticas de discriminación y estigmatización, que son materia prima de la violencia escolar.
Al participar en el foro, la SE del Sipinna nacional recordó que México asumió el compromiso en materia de prevención del acoso escolar en el entorno educativo y quedó consignado en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA) y en la Alianza Global para poner fin a toda forma de violencia contra la niñez de Naciones Unidas.
Entre otras medidas se mencionó que para mantener a los diferentes centros educativos como ambientes de protección se deben desarrollar liderazgos y métodos de coordinación que permitan prevenir y erradicar la violencia a través de actividades integradas en los planes de estudios.
Asimismo, trabajar sobre los valores con el personal docente y el uso del deporte como herramienta fundamental para desarrollar el respeto entre las y los estudiantes.
En el foro virtual también se reafirmó la necesidad de implementar acciones como la capacitación del personal docente en técnicas de disciplina que respondan a la violencia cuando se produce y contar con la participación de la comunidad en las actividades de prevención.
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