Por: Redacción/
Las instituciones públicas de educación superior de México enfrentarán retos relevantes de índole sanitaria, tecnológica y financiera durante la llamada nueva normalidad, una vez superada la pandemia del COVID-19, por lo que deberán refrendar su vocación de trabajo colaborativo y aliarse en las situaciones que están por venir, coincidieron los titulares de las universidades Autónoma Metropolitana (UAM) e Internacional de La Rioja México y del Instituto de Estudios Superiores de la Ciudad de México Rosario Castellanos.
Durante la tertulia Innovación Educativa Pos-COVID-19, los funcionarios convergieron en la conveniencia de constituir un consorcio universitario metropolitano, que incluso pudiera trascender las fronteras de la capital del país.
El doctor Eduardo Peñalosa Castro, rector general de la Casa abierta al tiempo, dijo que siempre ha pensado “que debemos actuar juntos” y en este caso los modelos educativos de las tres escuelas son presencial, a distancia y semipresencial, respectivamente, así que “podríamos aprovechar la labor grupal, dadas las características de las escuelas e incluso encontrar la manera de beneficiar a las demás”.
También es viable pensar en que “la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI) nos aglutine a través de su red ECOs,” que reúne a más de 40 instancias de este nivel de enseñanza y que “ha ido en el rumbo de la integración del trabajo conjunto y el conocimiento”.
La idea sería “compartir algunas formas de docencia, investigación, difusión de la cultura y gestión”, así como efectuar acciones, por ejemplo, ofrecer cursos y licenciaturas comunes; tener dobles o triples titulaciones; contar con modelos de movilidad virtual –algo que en el contexto de la pandemia y la nueva normalidad será indispensable– y crear laboratorios o chatbox, una especie de tutor inteligente que lleve de la mano a los alumnos.
Un futuro consorcio interinstitucional metropolitano para el aprendizaje podría impartir cursos de educación continua y otros para atender materias de alta reprobación; formar docentes comunes, y propiciar seminarios de indagación y proyectos sobre COVID-19, entre otros asuntos, propuso el doctor Peñalosa Castro.
La doctora Alma Herrera Márquez, directora general del Instituto de Estudios Superiores de la Ciudad de México Rosario Castellanos, señaló que pensar en una estructura cooperante, horizontal y solidaria en red no demerita los esfuerzos de cada casa de estudios para consolidar sus historias y trayectorias académicas, al ser los espacios donde se forman mentalidades analíticas.
Si algo ha puesto en referencia la pandemia es el distanciamiento crítico con las formas individualistas de avanzar, tanto de manera colectiva como personal, por lo que pensar en una agrupación de esta naturaleza “favorecería un diálogo real y factible en torno a laboratorios virtuales y centros de simulación en beneficio de los alumnos”, entre otras iniciativas.
También sugirió armonizar un gran sistema de información en el que estudiantes y profesores ubiquen los recursos digitales, las redes académicas y los programas para avanzar hacia otros sistemas y marcos normativos y administrativos.
En la meta de repensar la enseñanza para el siglo XXI con un enfoque y paradigmas inéditos, un instrumento como este gran consorcio metropolitano de educación superior “nos daría la posibilidad de hacerlo en un tiempo más favorecedor, cimentando los pilares de una nueva cara de este nivel de instrucción para nuestros jóvenes”.
El doctor Francisco Cervantes Pérez, rector de la Universidad Internacional de La Rioja México, consideró que el grupo de trabajo de innovación creado por la SECTEI integra universidades privadas y públicas, por lo que “ya estamos en condiciones de dar el siguiente paso” y empezar a definir planes muy específicos.
México tiene el espacio común de educación superior a distancia desde 2007 y la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe desde 2010, con “resultados prometedores siempre, ya que han mostrado que la labor en red es lo que debe funcionar”.
La idea del consorcio debería ampliar el horizonte para que sea la academia, pero también la sociedad civil y sus asociaciones de especialistas, incluidas las academias Mexicana de Informática o Mexicana de Ciencias, las que aporten a una corporación de instancias.
Dada la diversidad del grupo “podríamos iniciar diseñando la plataforma que hace falta para que el esfuerzo de la SECTEI y ECOs “se convierta en un ecosistema para el avance de la sociedad metropolitana en la que vivimos”.
La construcción de este esquema debe tener su punto de convergencia en la secretaría y no en alguna de los centros de estudio para lograr solidez y éxito, apuntó.
El doctor Peñalosa Castro refirió que la estrategia desarrollada por la UAM para enfrentar el confinamiento a partir del Proyecto Emergente de Enseñanza Remota (PEER) permitió a la Institución superar un momento complicado por la falta de computadoras y acceso a Internet de 11 por ciento de los alumnos.
La carencia de insumos planteó la necesidad de impulsar, como parte de la equidad en la educación, el derecho de todos a la Web y, junto con la equidad, “también tendríamos que abanderar la calidad de la instrucción superior” para que en la misma medida se evalúe y tomen decisiones de política pública en ese sentido.
“Tenemos una universidad que ha sobrevivido a una serie de cambios desde la Edad Media, cuando la humanidad se vio impactada por otras pandemias o por guerras, sin embargo, siguió ahí y seguirá, pero debemos encontrar otras formas de impartir la formación”.
La doctora Herrera Márquez advirtió que si algo ha demostrado la emergencia sanitaria es que “necesitamos más científicos, más investigación y disminuir los tiempos que tardamos para transferir el conocimiento a la solución de problemas críticos; es el momento de hacer factibles todas aquellas premisas que señalan el porcentaje del Producto Interno Bruto a educación y ciencia”, pues pareciera que el financiamiento destinado a estos rubros está en riesgo.
La tertulia fue convocada por la Rectoría General de la UAM y la SECTEI del gobierno de la Ciudad de México.
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