Por: Redacción/
Los resultados del pasado proceso electoral en México constituyeron una revolución pacífica del siglo XXI y demostraron que la sociedad no tiene una actitud antipartido y desea un país en paz, sostuvo el doctor Ricardo Espinoza Toledo, profesor-investigador de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En la recomposición del espacio político intervinieron las redes sociales y los medios de comunicación independientes, incluidos los digitales –radio y televisión– de alcance limitado, lo que permitió la expresión de voces que tradicionalmente no se hacían escuchar, externó en entrevista a UAM Radio 94.1 FM.
La ciudadanía emitió un voto de castigo contra los partidos del sistema, en este caso, el Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Acción Nacional (PAN), en protesta por los altos índices de corrupción, delincuencia, exclusión y pobreza, pues “la sociedad ya no quiere más de eso”.
Estos institutos políticos han sostenido a gobiernos que no cumplieron sus promesas de atender las necesidades sociales y, en cambio, sólo se han mostrado en favor de las elites política y económica que han profundizado la desigualdad en el país”, advirtió el académico del Departamento de Sociología.
Respecto de la probable pérdida de registro de algunas fuerzas políticas tras la realización del proceso electoral del pasado fin de semana indicó que implicará una reconfiguración de las cámaras, en las que además las candidaturas independientes no lograron sobresalir.
Nueva Alianza o Encuentro Social carecen de representación para mantenerse en el circuito legal, ya que requieren al menos tres por ciento, pero mantendrán a sus diputados y senadores, aunque su partido desaparecerá a nivel nacional; en tanto el PVEM y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) van a la baja, el PRI “quedó gravemente herido y el PAN resultó muy castigado”.
Espinoza Toledo afirmó que esta redefinición del sistema de partidos es buena porque logró romper la barrera del fraude, la coacción del voto y la persecución de los opositores que impedían la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia y ahora esos partidos son inexistentes”.
El PRD renunció a sus principios originales al marcar su alianza con el PAN mediante la coalición México al Frente y luego en 2012 al apoyar el Pacto por México perdió su sentido progresista y de izquierda, así que “poco a poco se fue despedazando mientras el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) se alimentó de grupos y personalidades que no compartían las posturas del PRI y el PAN.
Desde 1997 cuando inició la competencia política no había ocurrido que el presidente contará con mayoría absoluta en las cámaras de diputados y senadores, sin embargo no se trata de una mayoría calificada, esto es cuando posee las dos terceras partes, por lo que para lograr el emprendimiento de reformas y modificar la Constitución deberá recurrir a la construcción de acuerdos y consensos con los otros partidos.
En esta ocasión el mensaje es claro y un nuevo presidente se coloca con una mayoría propia porque se sabe que se necesitan cambios que son inaplazables. Este triunfo es apabullante, pero tampoco “podemos decir que tienen el control total de las cámaras, aunque sí es una cómoda mayoría que le dará muchas ventajas”, mencionó.
Una de las primeras medidas anunciadas por López Obrador es disminuirse el sueldo él mismo y, por tanto, el de todos los altos mandos, lo que “puede hacerse porque en la Constitución se establece que nadie podrá tener ingresos mayores a los del presidente, de modo que tanto los funcionarios de los altos cargos de las secretarías, del Instituto Nacional Electoral, de los organismos del Estado y los magistrados de la Suprema Corte de Justicia estarán obligados a sujetarse a esa disposición”.
En materia de obras públicas resaltó que existe una tarea pendiente ya que el otorgamiento de recursos se ha hecho sin ningún tipo de control ni supervisión de construcciones, pues “sólo existen adjudicaciones disfrazadas de licitaciones, lo que es una violación constitucional que ha llevado a la ruina las finanzas públicas a causa de los grandes montos, desvíos y triangulaciones, sumado a la inflación”. Una primera labor, aunque no la única, será atender esta parte relevante que ha agraviado mucho a los mexicanos en los rubros de educación y salud.
“Iniciamos una nueva etapa en la que el esfuerzo de todos será necesario para luchar contra las distintas formas de exclusión, además de que para promover una nueva cultura política debemos comprender que no sólo es tarea de los gobernantes y representantes, que el auténtico vehículo que puede conducir al país a una verdadera transformación es la participación de todos los ciudadanos”, concluyó.
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