Por: Redacción/
Ante los integrantes de la Comisión, el funcionario destacó el documento “Cultura y Paz: Declaración de la Ciudad de México” que emitió la dependencia junto con la Organización de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), para exigir a organismos internacionales, gobiernos nacionales y locales constatar el desarrollo de políticas basadas en los derechos culturales como una herramienta fundamental para el reconocimiento de la diversidad, inclusión social, creación de comunidad, reconstrucción del tejido social y paz.
“No habrá paz en este país ni en todos los países con enormes índices de violencia si no se incluye la dimensión cultural en la política”, advirtió Vázquez Martín tras plantear que el pronunciamiento forme parte de los materiales con los que se rija este órgano legislativo conformado por los diputados Margarita Saldaña, Virgilio Dante Caballero, José Valentín Maldonado, Leticia Estrada, Lilia Eugenia Rossbach, Ana Cristina Hernández y Gabriela Osorio Hernández, presidenta de la Comisión de Cultura, quien reconoció los avances obtenidos en su gestión.
En la lectura del informe, el titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCCDMX) mencionó que la elaboración de las políticas públicas de su administración tuvo como punto de partida la consulta y la participación de las comunidades culturales y las voces expertas para conformar el “Programa de Fomento y Desarrollo Cultural 2014-2018”, que con siete ejes estratégicos relacionados con la formación, la identidad la sostenibilidad, el patrimonio, el acceso a las manifestaciones culturales, la gobernanza y la información cultural, se disgregó en 21 políticas públicas, 64 programas y más de 145 proyectos anuales.
“Las más de 69 mil actividades artísticas y culturales realizadas durante estos seis años y la atención anual de más de cuatro millones de personas en recintos culturales y espacios públicos son tan solo una muestra del esfuerzo realizado, el camino andado y del largo trayecto que falta por recorrer para fortalecer el acceso y la participación en la vida cultural de la ciudad”, se lee en el documento.
Entre los logros obtenidos en la gestión de Eduardo Vázquez Martín, se indica, sobresale el aumento de presupuesto de 400 millones a 700 millones de pesos, equivalente a 40 por ciento más, adicional al promedio de 30 millones anuales que aportaron el Fondo Mixto de Promoción Turística, la Secretaría de Cultura federal, ampliaciones presupuestales y otros.
Políticas culturales en el periodo 2012-2018
Las políticas públicas de la Secretaría de Cultura local, apuntó Eduardo Vázquez Martín, se han caracterizado por tener como vocación principal el uso intensivo del espacio público como escenario fundamental de la vida cultural; el impulso de procesos comunitarios participativos relacionados a la innovación de los modelos de formación artística, participación social y fomento cultural, así como el reconocimiento y valoración de la diversidad cultural de la Ciudad de México y el apoyo a diversas iniciativas de las comunidades LGBTTTI.
En los últimos años, dijo, la dependencia ha llevado a cabo miles de acciones de intervención cultural como presentaciones de artes escénicas en recintos, actividades culturales gratuitas y de calidad en espacios públicos, educación artística en las modalidades formal y no formal en escuelas y las Fábricas de Artes y oficios (Faros), fortalecimiento de la sostenibilidad de las iniciativas culturales y la promoción de las convocatorias públicas y otras formas de toma de decisiones colegiadas.
Además, se ha ampliado significativamente la infraestructura cultural. Se concluyeron e inauguraron los Faros de Milpa Alta-Miacatlán y de Aragón, el Centro Cultural El Rule y la nueva sede del Centro Cultural Xavier Villaurrutia, mientras que el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, el Museo de la Ciudad de México, el Centro Cultural Ollin Yoliztli y la Sala de Conciertos Silvestre Revueltas han sido renovados de forma significativa. Y destaca la incorporación de la Casa Refugio Citlaltépetl y del Centro Cultural La Pirámide a la infraestructura que administra la dependencia.
Se han fortalecido los mecanismos de estímulo a artistas, colectivos, gestores culturales y comunidad en general a partir del desarrollo de convocatorias públicas con más de 40 millones de pesos invertidos al año, un incremento considerable a los 500 mil pesos que anteriormente gastaba la institución.
Asimismo, es patente el esfuerzo por descentralizar la actividad cultural con la creación de la infraestructura ya mencionada, así como con el uso del espacio público, para lo cual se destinaron más de 42 millones de pesos para la renovación y actualización del equipamiento de producción de eventos.
Se han impulsado proyectos clave como Teatro en Plazas Públicas, Teatro en Tu Barrio, Escenarios Vivos en tu Ciudad, Cultura para la Reinserción Social, Noche de Museos, Agendas Participativas de Desarrollo Comunitario, Empresas Culturales, Libro Clubes, Programación Artística Nacional e Internacional que dan cuenta de la necesidad e importancia de seguir creando formas de organización cultural para que las comunidades vivan en armonía.
También, se han creado y consolidado eventos masivos como la Fiesta de las Culturas Indígenas, la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, el Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional, la Mega Ofrenda y el Desfile para la Celebración de Muertos y las presentaciones especiales de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, y se ha coordinado con otras instancias de gobierno para el desarrollo de eventos.
En materia educativa, el esfuerzo se ha orientado hacia la profesionalización y el reconocimiento de la formación artística a través del Sistema de Escuelas del Centro Cultural Ollin Yoliztli con la regularización de los procesos de certificación ante la Secretaría de Educación Pública (SEP).
En el mismo sentido, se mejoraron los modelos de educación no formal orientados a la iniciación en las artes y el manejo de los oficios, para lo cual se duplicó el número de talleres anuales, la conformación de empresas culturales, el cuidado del patrimonio y la implementación de estrategias locales para el desarrollo cultural comunitario.
En su administración (2014-2018), Vázquez Martín enfatizó que por primera vez desde el inicio de los gobiernos democráticos, la Secretaría de Cultura creó una política destinada a reconocer la aportación de las culturas indígenas, pueblos y barrios originales de la Ciudad de México con la creación en 2014 de la Fiesta de las Culturas Indígenas, Barrios y Pueblos Originarios de la Ciudad de México y el Premio a la Creación Literaria en Lenguas Originarias Centzontle.
Resaltó la participación que tuvo la actual administración en el proceso de redacción de la Constitución Política de la Ciudad de México que incluyó, por primera vez en un texto jurídico de esta jerarquía, el catálogo explícito de derechos culturales que para su labor pública había retomado la Secretaría de la Agenda 21 de la Cultura y la Declaración de Friburgo.
Una vez aprobada la carta magna local, con legisladores y expertos en la materia se participó en el desarrollo de una Ley de Derechos Culturales de los Habitantes y Visitantes de la Ciudad de México, aprobada por la entonces Asamblea Legislativa el 21 de diciembre de 2017.
Finalmente, el secretario indicó que quedan como pendientes para la próxima administración la terminación de los Faros Cosmos (dedicado a las artes circenses) y Perulera (con vocación barrial y comunitaria) en el poniente de la ciudad, “los cuales ya han sido presentados a la Jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum, que se comprometió a su culminación y desarrollo”.
Luego de las intervenciones de los grupos parlamentarios de la Comisión de Cultura del Primer Congreso de la Ciudad de México –y a pregunta expresa del diputado José Valentín Maldonado sobre cuáles considera que son los pendientes en materia de legislación cultural–, Eduardo Vázquez Martín respondió que uno de los temas por atender es definir una vertiente del gasto disperso en las 16 alcaldías que garantice los derechos culturales, pues hasta ahora no tienen un propósito claro entre cultura, deporte y entretenimiento, lo que ocasiona una merma considerable del ejercicio presupuestal para la cultura.
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