Por: Redacción /
En cada una de sus obras, Enrique Ježik pone a prueba el cuerpo humano haciéndolo competir contra sus propias herramientas, sostuvo el curador de arte Iván Edeza en el conversatorio realizado en la Galería Metropolitana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que exhibe obra del artista visual como parte de la colección de arte contemporáneo Adiestrar el presente.
Ježik ha representado siempre un reto para museos, presupuestos y los propios curadores, pues sus proyectos rebasan los espacios, expuso su amigo y compañero de trabajos.
En el performance el artista busca no sólo basarse en la estética, sino dotar la obra de conceptos de mayor profundidad que puedan ser asimilados desde perspectivas distintas.
Durante la charla, el curador desveló dos proyectos que, a pesar de tener un trasfondo y una base creativa sólida, no se pudieron realizar como Ježik hubiese deseado: el primero consistía en efectuar disparos dentro de una galería, lo cual resultaba sumamente peligroso.
El segundo era un contra festejo por la derrota de Argentina en la Guerra de las Malvinas en la zona de mayor presencia musulmana en Gran Bretaña, donde una res sería destazada y colgada en pedazos hasta desangrar en medio de la calle para hacer un asado al estilo argentino, pero esto no se ha efectuado por el desafío presupuestal que implica.
De esos proyectos nacieron piezas artísticas que marcaron el rumbo de la obra de Ježik, como el tríptico La fiesta de las balas, producto del primer proyecto fallido y que está dividido en tres secciones: la primera presenta videos de diez disparos realizados en una zona de cacería con armas de calibres diferentes; la segunda ofrece una grabación de la forma de caminar y vigilar de un policía, y la tercera muestra la fotografía del ejército iraquí bajo la custodia de un policía.
También surgió la muestra Práctica (200 Cartuchos calibre 12, 78 balas 9mm) –realizada durante el movimiento de la Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO)– cuyo fragmento se exhibe en la Galería Metropolitana y consistió en disparar contra 20 siluetas pintadas sobre madera laminada diez tiros de escopeta y algunos balazos de pistola 9mm.
Del segundo proyecto fallido –matanza de una res en la vía pública– nació una pieza sobre una costilla de carne cruda golpeada con tipos diferentes de martillos, esa es la primera pieza de Ježik que muestra la sonoridad de los objetos, lo cual ahora es central en sus obras.
Otro producto de aquella idea frustrada fue Seis metros cúbicos de materia orgánica que presenta un camión cuya caja contiene esa cantidad de vísceras de animales que fueron tirados en un barranco que quedó lleno de sangre e intestinos; esta pieza formó parte de una exposición que busca dar luz a las muertas de Ciudad Juárez.
El recorrido por las obras de Enrique Ježik formó parte de la última serie de conservatorios en torno a la exposición de la colección de arte contemporáneo de la UAM titulada Adiestrar el presente –que continuará en exhibición hasta el sábado 28 de abril– en la que se muestra la obra de Carlos Aguilar, Marcela Armas, Marcos Kurtycz, Sector Reforma, Víctor Sulser y el propio Ježik.
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