Por: Redacción/

La presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, diputada Wendy Briceño Zuloaga (Morena), aseguró que “las mujeres no somos un segundo sexo ni tampoco ciudadanas de segunda. Se tienen que garantizar sin regateo sus derechos para vivir libres de violencias, miedos y tomar decisiones”.

Durante la mesa de análisis “¿Qué queda, 70 años después, de El Segundo Sexo de Simone de Beauvoir? Los derechos de las mujeres y la igualdad de género hoy en día”, la legisladora afirmó que ser mujer en México, en 2019, conlleva grandes retos, nuevas discusiones y valoraciones para reflexionar de forma distinta y no vivir en falsas neutralidades ni en destinos inamovibles.

En el acto organizado también por la Embajada de Francia, el Instituto Francés de América Latina y El Colegio de México, Briceño Zuloaga propuso “destruir y romper mediante la libertad, los modelos y formas de vida que nos sitúan en un anacronismo biológico como hombres y mujeres, y a partir de una perspectiva feminista transformar al mundo en uno más justo, igualitario, pacífico y libre para decidir sobre su cuerpo”.

Planteó la importancia de continuar la decodificación de lo que significa ser mujer en sus distintas etapas desde una conciencia política, y como legisladoras garantizar sus derechos más allá de una condición biológica o genética.

Reivindicar la agenda feminista para cambiar la realidad social en beneficio no sólo de las mujeres sino de la comunidad, a partir del paradigma de “no nacer mujer sino llegar a serlo, sin destinos biológicos, psíquicos o económicos” como lo propuso Simone de Beauvoir, hace 70 años.

De Morena, la diputada Sandra Paola González Castañeda resaltó que la obra El Segundo Sexo, es actual porque visibiliza la persistencia de roles culturales y sociales que alientan actividades y juegos exclusivos para niñas y niños. Fomentando que las mujeres estudien “mientras se casan” sin que se enfoquen en buscar y consolidar su independencia económica. Lamentó que en México se replique esa tendencia. Sólo el 4 por ciento de la propiedad privada está a nombre de ellas.

Refirió que en Nuevo León se realizó una encuesta que detectó que el 80 por ciento de la manutención de las esposas depende de su pareja y el 20 por ciento de los hijos, alentando masculinidades tóxicas. Llamó a asumir la responsabilidad de satisfacer las necesidades propias y romper la educación que alienta tener una pareja para obtener dinero.

Por el PT, la diputada Marta Dekker Gómez afirmó que la propuesta de Beauvoir sigue vigente, y a pesar de los 70 años que han transcurrido desde su publicación en 1949, “hay muchas situaciones que no se han revertido. Tendríamos que hacer una regresión a la historia para identificar el punto de partida que marcó la diferencia entre hombres y mujeres”.

Propuso tomar conciencia de que nacemos como seres humanos y somos iguales. Criticó la estigmatización de las niñas que se siguen vendiendo como objetos en Chiapas y son educadas como madres y en las labores domésticas; a los varones se les considera una fuerza de trabajo para producir riqueza y tomar decisiones.

Adelino Braz, consejero de Cooperación y de Acción Cultural de la Embajada de Francia en México, apuntó que El Segundo Sexo, lo escribió Simone como científica no como víctima, lo que transforma el texto en una obra revolucionaria y polémica, que impulsó a tomar conciencia sobre la sumisión de la mujer en una sociedad conservadora de la postguerra, donde la función femenina era la maternidad y cuidar del hogar y la familia.

Es un libro de combate y militancia que visibiliza la desigualdad de las mujeres; pionero de las ciencias sociales y “obra maestra que es referente en la lucha feminista por sus derechos”, además rememora los problemas desde hace 70 años que aún persisten en relaciones de subordinación entre el sexo masculino y femenino que apoyan la cultura y sociedad.

Karine Tinat, profesora investigadora del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México y del Programa Interdisciplinario de Estudios de Género, sostuvo que en los entornos indígena y urbanos, dicha obra es fundamental para sustentar la investigación de género. Consideró que las creencias y prácticas de los dos sexos deben reflexionarse para mejorar las condiciones sociales de las mujeres.

Propuso que éstas enfoquen sus planes a la obtención de sus propios medios económicos de manutención para obtener independencia integral que evite considerar a su pareja como proveedor, y por mantener un estilo de vida y carecer de un empleo, viven violencia y humillaciones.

Michelle Dayan, abogada y presidenta de la asociación L4W (Lawyers for Women), afirmó que la libertad femenina no se contrapone con el matrimonio y maternidad, los cuales “no deben ser un sacrificio sino una elección, tampoco la tumba de la mujer ni que se aliente la violencia feminicida”.

Sostuvo que la independencia financiera es el factor de emancipación. Señaló que las madres actuales tienen el desafío de educar de forma diferente a los hijos, mujeres y varones para que cambien paradigmas en sus relaciones humanas. Cuestionó la existencia todavía de los estereotipos en los juegos de niñas y niños.

Lucía Raphael de la Madrid, profesora en la UNAM e integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas, consideró que el feminismo necesita reconceptualizarse para definir un rumbo claro para evitar diferencias entre las actividades de las niñas y niños, a fin de desterrar el concepto de “si no eres madre y no estás casada, no existes”.

Ser madre y esposa es un valor que debe vivirse libremente para que no sea una carga. Criticó que la licencia de paternidad sea utilizada por muchos para emborracharse y no para acompañar a su pareja e hijo recién nacido. Afirmó que la violencia en contra de las mujeres en la UNAM es uno de los grandes temas por atender.