Por: Redacción
Las enfermedades crónicas, mentales y de salud reproductiva configuran los principales y más comunes problemas del ramo en el mundo y pueden ser tratadas desde la psicología de la salud, una disciplina nueva “con enfoque salubrista de mucho mayor alcance”, afirmó el doctor Jorge A. Grau Abalo.
“La salud mental, en particular, es un campo interdisciplinar de trabajo que integra diferentes profesiones, aunque es conceptualmente restrictivo, ya que la salud es una sola, no es física y psíquica”, sostuvo.
Durante la Conferencia magistral: Perspectiva social de la salud en el siglo XXI ofreció un breve recorrido histórico por el desarrollo de la psicología de la salud como disciplina, un campo emergente de estudios surgido con el auge del modelo biopsicosocial por el fracaso de los sistemas sanitarios restrictivos.
El doctor en ciencias psicológicas de origen cubano dijo que se trata de una intervención efectuada mediante la prevención, la promoción de la salud familiar y comunitaria, la rehabilitación y, en última instancia, la psicoterapia.
“El psicólogo de la salud debe poder identificar a personas en riesgo, definido éste en términos psicológicos, conductuales y culturales”.
Invitado a las X Jornadas Latinoamericanas de Psicología Social y X Encuentro de Egresados de Psicología Social y Salud Comunitaria, el doctor Grau Abalo detalló que entre los problemas emergentes se encuentran el embarazo precoz, los asociados a aspectos étnicos y éticos, el envejecimiento, el alcoholismo y la violencia.
Reunido con alumnos de la Licenciatura en Psicología Social de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) habló de la necesidad de participar con otras disciplinas que coadyuven a la solución de dichas problemáticas, recomendando informarse para no reducir los tratamientos al método clínico sino incluir otras posibilidades de curación.
“La psicología es una de las ciencias que más pueden aportar al desarrollo humano. Las instituciones, al desconocer la subjetividad del individuo, eliminan sus conocimientos, sentimientos, aprendizajes y habilidades, algo que debe revalorarse”, manifestó.
Como tareas pendientes por integrar en la gestión institucional apuntó “la organización de los servicios psicológicos, el emprendimiento de estudios de satisfacción de usuarios y proveedores, así como de diagnósticos encaminados a la prevención de enfermedades profesionales, manejo de riesgos o estrés laboral”.
En la academia hace falta mayor integración de la docencia y la investigación con la asistencia social, tres elementos que aún deben encontrar un escenario común para generar nuevas soluciones de salud pública.
“Debemos empezar a utilizar conocimientos sobre factores subjetivos para la mejora del sistema de salud y para perfeccionar las instituciones. Además tenemos que procurar mejores niveles de bienestar y calidad de vida con la menor discapacidad posible en enfermos crónicos”, finalizó.
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