- En su “Carta a Sor Filotea de la Cruz” mostró ser una mujer intelectualmente avanzada a su tiempo, pero no tuvo la oportunidad de hacer escuchar su voz como actualmente la tienen ellas.
Por: Redacción/
Sor Juana Inés de la Cruz fue una monja quien vivió en un ámbito cerrado para la participación de la mujer, en el cual defendió la igualdad entre hombres y mujeres para acceder a la educación y al conocimiento, afirmó la directora de la Escuela de Extensión UNAM-Canadá, Alicia Mayer González.
Hoy, muchas y muchos nos identificamos con la validez de sus afirmaciones sobre las mismas oportunidades, puntualizó la doctora en Historia.
“Es extraordinariamente significativo que la voz de Sor Juana siga conectando con los lectores actuales, en particular con las mujeres, en su lucha por la igualdad”, agregó Mayer al ofrecer la conferencia virtual “De Sor Juana a nuestros días: la lucha por la igualdad de género”.
La especialista en Historia Colonial explicó: las opiniones de la monja jerónima sobre el amor, la misoginia y la igualdad entre los sexos le granjearon la animadversión de autoridades de la Iglesia, a quienes enfrentó con la retórica.
Sor Juana, insistió, es una figura que ha fascinado a sus lectores por casi 400 años. Hombres y mujeres sucumben a sus talentos intelectuales y prueba de ello es que ha tenido biógrafos de la talla de Octavio Paz, quienes aportaron elementos importantes de su personalidad.
En su “Carta a Sor Filotea de la Cruz” mostró ser una mujer intelectualmente avanzada a su tiempo, pero no tuvo la oportunidad de hacer escuchar su voz como actualmente la tienen ellas.
“Esto es precisamente lo que nos hace identificarnos, cariñosa, empáticamente con Sor Juana: sus luchas internas y sus clamores de equidad que son de una tremenda actualidad”, expresó.
Mayer comentó que en su “Respuesta a Sor Filotea de la Cruz”, la décima musa sostuvo que las mujeres eran capaces de hacer más que la filosofía de la cocina, defendió el derecho de estudiar sin importar el sexo, pero este impulso de saber y aprender la sometió al fuego de la persecución, al crisol del tormento.
“La carta es una defensa de la dignidad intelectual de las mujeres y este magistral trabajo es uno de los productos más importantes de la producción literaria en el México Colonial, así como un testimonio de su postura contra la marginación de la mujer en términos de educación, conocimiento y enseñanza”. La voz de la pluma de Sor Juana fue silenciada y se le confinó a un claustro absoluto, dijo.
“Se adaptó a la realidad restrictiva lo más que pudo, en ocasiones, no con sutiles desafíos; pero cuando su potente y luminosa presencia se hizo evidente y se le cuestionó, ella respondió con valentía al discurso y actuación masculina dominante. En su narrativa criticó el autoritarismo, los códigos y normas restrictivas que afectaban a las mujeres”, agregó.
En tanto, Manuel Vázquez Valdés, secretario Académico de la Escuela de Extensión UNAM-Canadá destacó: Sor Juana fue admirable y talentosa, ícono de la lucha de la mujer en la sociedad; es importante rememorarla porque el modelo hegemónico machista prevalece.
Se refirió a la presencia de las mujeres en las universidades y expuso que en instituciones canadienses y en la UNAM se estableció que las conductas vejatorias no son bienvenidas en estas comunidades.
En el caso de la Universidad Nacional se amplió la conformación del Tribunal Universitario para darle perspectiva de género; se creó un organismo autónomo de la Rectoría que atiende los casos de violencia de género y se fortaleció la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género, entre otras acciones.
Además, anunció, en la UNAM-Canadá se creará una comisión interna para la observancia y ejecución permanente de las políticas universitarias a favor de la igualdad de género.
No Comment