Por: Charlie/
México no es el único país que demuestra abiertamente su homofobia y transfobia, ya que Argentina y la República de Chechenia se han convertido en lugares poco amigables para la comunidad arcoíris. En Argentina, se dio a conocer recientemente que durante el último año se han cometido más de cien crímenes de odio contra personas homosexuales, lesbianas y trans; en cuanto a Chechenia, en los últimos días, decenas de familias y gays tuvieron que dejar dicho lugar debido a la represión que sufren por tener una orientación sexual distinta a lo “normalmente” establecido.
Tal parece que en este año la discriminación hacia los homosexuales se hace más presente, aumentan las agresiones físicas y verbales, se dan a conocer homicidios por la orientación sexual e incluso se han dado casos de suicidio por no ser socialmente aceptados.
Argentina
De acuerdo con el informe que realizó el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT, durante el 2017 se cometieron en Argentina ciento tres crímenes de odio “motivados en la orientación sexual, la identidad y/o expresión de género”. Cabe destacar que la cifra no es exacta, pues solamente se han considerado aquellos que fueron dados a conocer por los medios de comunicación y los que fueron denunciados ante la Defensoría LGBT.
Antes de seguir con el desglose de cifras, es necesario comprender lo que se entiende por “crimen de odio”, en el informe se define como “un acto voluntario consiente, generalmente realizado con saña, que incluye, pero no se limita, a violaciones del derecho a la dignidad, a la no discriminación, a la igualdad, a la integridad personal, a la libertad personal y a la vida”.
También debe entenderse que “tiene la intención de causar daños graves o muerte a la víctima, y está basada en el rechazo, desprecio, odio”. Es decir, el agresor tiene conocimiento de la orientación sexual de la víctima.
De los más de cien crímenes mencionados, el 58% de los agredidos fueron mujeres trans, el 30% hombres homosexuales, el 9% lesbianas y el 3% restante varones trans. La comunidad de las personas trans (en especial las mujeres) es la más vulnerable, esto no significa que el resto de los casos no sean importantes, sino que se requiere de mayor visibilidad para este sector.
Ahora bien, de las cifras antes mencionadas, el 13% de los crímenes fueron asesinatos, 11 de ellos a mujeres trans, 1 a un hombre trans y 1 a un hombre gay. El 87% solamente fue violencia física. Eso no es todo, si se comparan las cifras de 2016 y 2017 respecto a la violencia ejercida a la comunidad LGBT, el aumento es preocupante, pues pasaron “de 18 casos registrados a 90”, entonces “aumentaron el 500% los crímenes de odio que no terminaron en muerte”.
En cuanto a los lugares en los que se ejerció la violencia, el 57.55% de los registros señalan que ocurrieron en la vía pública, ¡las calles son peligrosas! ¿Ver que se le hace daño a alguien se convierte en nada?; por otra parte, en segundo lugar se encuentra la vivienda de la víctima con un 12.11% y el resto ocurre en sitios como penales, comisarías, establecimientos privados, rutas, caminos, parques, entre otros.
Algo que me pareció interesante y rescatable es que los crímenes de odio cometidos suelen “confundirse” “como delitos comunes de asalto, robo, intimidación” y otros casos que poco tienen qué ver con los verdaderos motivos de la agresión a los homosexuales.
Al final del informe se encuentran 19 recomendaciones que realizan para mejorar y evitar la agresión a quienes forman parte de nuestra comunidad, mencionaré los que, desde mi punto de vista, son más relevantes: crear una Reforma Integral de Ley Nacional de actos discriminatorios; derogación de los artículos de los Códigos de Faltas y Contravencionales de las provincias de Argentina que “aún conservan figuras figuras abiertas que son utilizadas para criminalizar la comunidad LGBT”; el “desarrollo de políticas públicas que garanticen la capacitación, formación y sensibilización de las fuerzas de seguridad argentinas (…) con respecto a los derechos humanos de la diversidad sexual”; entre otros.
Lo paradójico de esta situación es que en días recientes el gobierno de la provincia Tierra del Fuego realizó una reunión para invitar a “promocionar productos y servicios destinados a Ushuaia como destino LGBT”. Creo que primero deberían implementarse medidas que disminuyan los crímenes hacia la comunidad LGBT y posteriormente brindar una seguridad y servicios a los turistas, ya que ninguna persona debería sentirse insegura por demostrar su sexualidad, sobre todo si es en su propio país.
La próxima semana hablaremos de la delicada situación que han sufrido los homosexuales y sus familias en Chechenia. Por lo pronto, debemos analizar lo que pasan los argentinos, y no sólo en ese país, sino en todo el mundo.
El informe antes mencionado puedes consultarlo en el siguiente enlace http://www.lgbt.org.ar/archivos/CrimenesOdioLGBT_Informe2017.pdf?utm_campaign=informe-de-crimenes-de-odio-lgbt-2017&utm_medium=email&utm_source=acumbamail
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