Por: Redacción/
La violencia en Yemen afecta profundamente al sistema educativo nacional. Muchas escuelas han cerrado, los maestros no han recibido salario durante un año y 4,5 millones de niños sufren las consecuencias, advirtió hoy el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).
El director regional para Medio Oriente y África del Norte de esa agencia explicó que los más de dos años y medio de conflicto armado en Yemen tienen un efecto demoledor en los niños quienes, además de todo el sufrimiento que acarrean los enfrentamientos armados, no tienen garantizada una rutina educativa normal.
En un comunicado, Geert Cappelaere detalló que durante el último año no se ha pagado a tres cuartas partes de los profesores y el 10% de las escuelas han cerrado por haber sido destruidas o porque son utilizadas para propósitos militares o como albergues para las familias desplazadas.
Hasta el momento, UNICEF estima en 2 millones la cifra de niños yemenitas que no van a la escuela.
Cappelaere indicó que el año escolar que debió iniciar en septiembre se ha pospuesto varias veces y los libros de texto y otros materiales educativos son escasos.
“Además, la crisis salarial ha empujado a los maestros a tomar medidas extremas para sobrevivir”, puntualizó.
Como ejemplo de esto, citó el caso de un docente con más de 20 años de experiencia que es el sostén de una familia de cuatro personas y que fue desalojado de su casa. Tuvo que vender sus muebles para comprar comida y pagar el tratamiento de su hermana enferma y no tiene dinero para paga el transporte que lo llevaría a trabajar a la escuela.
Cappelaere agregó que no se trata de un caso aislado y que más de 166.000 maestros sufren ese tipo de situaciones en Yemen.
Por otra parte, señaló que los menores que aún van a la escuela padecen desnutrición y trauma, lo que afecta su capacidad de aprender.
El director regional de UNICEF enfatizó que, sin una educación, los niños serán más vulnerables y podrán ser reclutados para el combate o para matrimonios infantiles, con los daños irreparables que esto causaría en sus vidas.
Cappelaere exhortó a colocar el bienestar de los menores por encima de cualquier otro objetivo y pidió a todas las partes del conflicto proteger las escuelas y trabajar unidas para encontrar una solución urgente a la crisis salarial de los profesores para que los niños puedan continuar su educación.
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