Por: Redacción/
En matemáticas hay definiciones precisas atemporales, como la del círculo, que sigue funcionando con exactitud desde que Euclides la formuló, hace más de dos mil años; en cambio, en biología existen conceptos que carecen de una definición general aceptable para todos, como el de vida.
“Vida es un concepto empírico, cuya caracterización depende de un contexto histórico específico”, afirmó Antonio Lazcano Araujo, profesor emérito de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM.
Por ejemplo, en algún momento de la historia se explicó la vida dividida en minerales (seres inanimados), plantas y animales (animados). “La división de la naturaleza en tres reinos (mineral, vegetal y animal) refleja un esquema jerárquico no evolutivo, que supone un aumento creciente de la percepción”, señaló el también integrante de El Colegio Nacional.
Los organismos multicelulares consisten en unidades que son en sí mismas sistemas vivientes, y que sobrevivirán aunque el organismo que forman muera. “Por eso funcionan los trasplantes. Cuando la persona propietaria de un riñón o unas córneas fallece, esos órganos siguen vivos en sí mismos, así que pueden reintegrarse a otro organismo y seguir funcionando”, expuso.
De manera equivalente, la muerte de muchos de sus componentes celulares y sistemas no necesariamente mata al organismo multicelular, dijo en la conferencia magistral “¿Qué es la vida?”, dentro del ciclo Diálogos por la Bioética, organizado por el Programa Universitario de Bioética (PUB) de la UNAM.
Lazcano detalló que todos los seres vivos poseen la misma composición bioquímica, el mismo tipo de estructuras moleculares y los mismos procesos químicos básicos. “Las diferencias que hay entre los organismos no son los componentes subcelulares esenciales que los constituyen, sino la historia evolutiva que tienen atrás de sí”.
Los seres vivos no poseemos ninguna sustancia o elemento químico distinto a los que se encuentran en la materia no viva. “No hay moléculas vivientes, ninguna sustancia está viva por sí misma”, aseguró el especialista en origen de la vida.
Evolución biológica
En el auditorio Alfonso Caso, subrayó que el reconocimiento de que la vida tiene una base material implica que no podemos comprender su naturaleza sin reconocer los límites y las posibilidades impuestas por las leyes físicas y químicas, así como el papel de la contingencia histórica.
“Por ejemplo, conceptos como la selección natural y el programa genético son consistentes con las leyes físicas, pero no se pueden deducir a partir de ellas”.
Las células están formadas por componentes individuales y sistemas de moléculas que interactúan entre sí. Muchas de estas unidades subcelulares poseen una estructura modular y exhiben propiedades físico-químicas y biológicas que permanecen activas, incluso cuando están aisladas.
“No debe sorprendernos que muchos de estos componentes exhiban propiedades asociadas con la vida, como catálisis, replicación, mutación y autoensamblaje”.
Pero, recalcó, ninguna sustancia está viva por sí misma. La vida depende de sistemas de moléculas individuales, de sus interacciones subcelulares y de la integración funcional entre ellas y con el entorno. “Estas redes extremadamente complejas y refinadas son un resultado de la evolución del sistema en su conjunto”.
La estructura y las propiedades funcionales de los componentes moleculares de las células, junto con los sistemas subcelulares que forman y sus complejas propiedades adaptativas, sólo pueden entenderse como los resultados históricos de una combinación de restricciones físico-químicas y selección natural, que reflejan la naturaleza continente de la evolución biológica.
Sistemas vivos y no vivos
Hay sistemas no vivos que exhiben uno o más de los siguientes rasgos: orden espacial y temporal, crecimiento, replicación, auto organización, evolución darwinista (es decir, poseen una historia) y secuencias de reacciones químicas.
“Lo que es realmente peculiar de la vida es que todas estas propiedades están presentes simultáneamente. Es una característica exclusiva de los seres vivos”.
Lazcano citó a Oparin, pionero en estudios sobre el origen de la vida, quien dijo que “lo que es verdaderamente peculiar de lo vivo es que reúne en un solo objeto propiedades que se encuentran presentes, pero no juntas, en muchas otras entidades”.
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