Por: Redacción
La vida rural o campesina enfrenta dificultades derivadas de los altos índices de marginación, pobreza, desempleo y migración; “son fenómenos que se deben atender, ya que colocan al país en un escenario alarmante”, señaló el maestro Iván Cortés Torres, alumno del Doctorado en Estudios Sociales de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quien resultó galardonado con el tercer lugar del Premio Dr. Ernest Feder 2016, otorgado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM en el XXXVI Seminario de Economía Agrícola.
En entrevista, el ganador en la categoría de ensayo con su trabajo El sector agroalimentario en México bajo el orden agroalimentario neoliberal 1982-2015 analiza, desde una perspectiva histórica y económica, las problemáticas y perspectivas a largo plazo de este sector.
Cortés Torres señaló que se vislumbra un desastre o colapso de las unidades productoras nacionales agroalimentarias medianas y pequeñas que suman poco más de 40 por ciento en el país. “No son las grandes empresas las que producen nuestros alimentos, son esos pequeños productores, quienes en este momento han sido fuertemente afectados”, resaltó.
Los nuevos acuerdos que están siendo firmados, tales como la Alianza del Pacífico, darán paso a una segunda etapa del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y “es resultado de una salida que busca el capital oligopólico para continuar su predominio en los países periféricos, altamente necesitados de alimentos, como es el caso de México”.
El alumno del Doctorado en Estudios Sociales indicó que con el doctor Arturo Guillén Romo, académico del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa, uno de los asesores de este análisis, tomaron como punto de partida el año 1982, porque a nivel internacional se originó un nuevo orden agroalimentario que permitió a Estados Unidos tener gran poder sobre las agriculturas de países periféricos como México, colocándose en el centro de la producción alimentaria.
A partir de esa posición, Estados Unidos influyó en la imposición de precios y en el control de toda la cadena agroalimentaria. “En mi ensayo identifiqué tres etapas, la primera entre 1982 y 2007, la segunda de 2007 a 2011 y la tercera de 2011 a 2015”.
En la primera, caracterizada por la imposición de precios dumping en los alimentos a nivel internacional, los competidores mexicanos se vieron afectados ante los subsidios que recibían sus pares norteamericanos. Las trasnacionales comenzaron a dominar el mercado agrícola desde su producción y comercialización, lo cual provocó un incremento en la migración, pues el agricultor nacional, por las pocas posibilidades de colocar su producto, tuvo que vender su fuerza de trabajo en el extranjero.
El TLCAN, firmado en 1993, abrió la entrada masiva de excedentes agrícolas, ya que se eliminaron los impuestos a las exportaciones. “Estamos inundados de productos del exterior y a nivel nacional se perdió la soberanía alimentaria fincada en el pequeño productor”.
En la segunda se incrementaron los precios internacionales de los alimentos y el surgimiento de la crisis alimentaria global, vinculados a la crisis financiera en el vecino país del norte entre 2007 y 2008.
Un tercer momento, entre 2011 y 2015, acentuado por la deflación y la disminución de los precios internacionales en los productos agroalimentarios, que ha generado una caída mundial de los precios de los alimentos, lo que al parecer generará “una crisis productiva del campo”, subrayó.
Tras haber sido seleccionado como ganador, Cortés Torres espera que su texto sea publicado en la Revista Latinoamericana de Economía del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, una de las más reconocidas en el campo.
El maestro en Estudios Sociales por la UAM consideró gratificante obtener este premio, ya que su trabajo fue producto de un esfuerzo multidisciplinario y en el que intervinieron muchas personas. “El tema del sector agroalimentario –agregó– se vuelve a posicionar en la mesa de debate, lo cual muestra que no lo hemos olvidado en las escuelas de economía”.
Por ello, instó a los alumnos de economía a retomar este asunto porque “debemos reflexionar en que la mayor parte del maíz que consumimos es importado, cuando México es la cuna de esta planta gramínea”.
En la actualidad casi 47 por ciento del maíz es importado, informó, y cifras proyectadas para el 2020 indican que se elevará a 80 por ciento, lo que configura “una situación muy delicada”. El arroz, por ejemplo, reporta 80 por ciento de importaciones, cuando antes “éramos los principales exportadores”.
Estos son los temas que “deben estar en el centro del análisis académico”, finalizó Cortés Torres.
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