Por: Redacción/
Si Sigmund Freud no hubiera tenido una búsqueda de cientificidad no habría existido el psicoanálisis como discurso específico, consideró la maestra Aída Dinerstein, en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La especialista argentina, quien se encuentra de visita en México, señaló que aun cuando la argumentación del psicoanálisis no es científica fue en este horizonte en el que se descubrió el inconsciente y se creó el dispositivo analítico.
En la conferencia número 35 de Introducción al psicoanálisis escrita entre 1932 y 1933 y titulada En torno de una cosmovisión, Freud analiza la relación psicoanálisis-cosmovisión científica “como un enfoque que tiene como ideal constituirse en una construcción intelectual que explique y solucione de manera unitaria todos los problemas de la existencia, la cual se basará en observaciones e investigación, y se diferenciará de todo conocimiento que pretenda haberse adquirido por las vías de la intuición y la revelación”.
Dinerstein recordó que Jacques-Marie Émile Lacan estableció cierto parentesco entre ciencia y psicoanálisis, al señalar que el sujeto del psicoanálisis no es otro que el de la ciencia, sin embargo, esta rama del saber no trabaja con el sujeto y dicha teoría psicológica sí, y no puede desentenderse de eso, lo cual también pone en juego el orden de la verdad.
La ciencia llega a la verdad por la vía de la investigación, por ejemplo, en la religión aparece como revelación y en el psicoanálisis se desencadena en función del trabajo analítico, por lo que “nuestro método es la asociación libre y cuando uno dice a un paciente que diga todo lo que se le ocurra, aunque no quiera expresarlo, ahí se verá si surge algún efecto de verdad subjetiva”.
Mientras este sistema ordenado de conocimientos puede desentenderse de la religión y de la magia, los especialistas de esta práctica terapéutica no pueden hacerlo porque se trata a un individuo que habla y sufre. “Desde el psicoanálisis es posible afinar los lazos entre estos dos campos, que en principio parecieran diferenciarse en forma tajante”.
Freud articula la neurosis obsesiva a una posición religiosa, es decir, en consideración a la exaltación que se hace a la figura del padre y “tampoco omitimos la magia porque la transferencia que el paciente establece con el analista tiene algo de ese orden”; el psicoanálisis tiene que trabajar con eso en el sentido de ir liquidando esa transferencia”.
Al dictar la conferencia Psicoanálisis, ciencia y religión dijo que el conocimiento para este método terapéutico siempre se piensa en el orden del yo, por lo tanto tiene algo de ilusorio y a este nivel las ideologías científicas como formas de saber permiten admitir cierto esquema de relaciones con una dimensión de religiosidad.
“Tenemos la ilusión de que esta rama del conocimiento va a responder todas las preguntas y, en asociación con los medios de comunicación de masas, encontrar no sólo la razón, sino la causa de lo que se plantee”, sostuvo la autora del libro ¿Qué se juega en el psicoanálisis de niños?
La maestra Eugenia Vilar Peyrí, docente del Departamento de Educación y Comunicación, aseguró que la ponencia es resultado del convenio de colaboración entre la Unidad Xochimilco y la Asociación Dimensión Psicoanalítica.
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