- Los líderes de esa región han llamado a actuar de manera unida y contundente, lo que permitió la aprobación de un plan con un presupuesto de 150 mil millones de euros
Por: Redacción/
El rescate del medio ambiente y el desarrollo de políticas y estrategias para la inclusión digital y cultural serán vías seguras hacia nuevas rutas que la Unión Europea y el mundo entero necesitan desplegar para propiciar la recuperación en la era pospandemia del COVID-19, coincidieron los embajadores de Francia, Italia, República Checa y la Unión Europea (UE) en México, al hablar en webinar convocado por la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El diplomático francés Jean-Pierre Asvazadourian afirmó que en su esfuerzo por superar la crisis humanitaria –dada la pérdida de vidas y los estragos económicos en el orbe por la emergencia sanitaria– la UE se ha propuesto, mediante el plan NextGenerationUE, un restablecimiento verde, inclusivo, digital y sostenible que acompañe a otras regiones en ese impulso.
Para el bloque comunitario responder en ambos sentidos evidencia que –no obstante, el fuerte golpe que supone todavía la contingencia en el continente– “logramos construir un plan colectivo, innovador y con la mirada hacia el futuro, lo que se dice fácil pero no lo es”, pues son 27 Estados con retos, situaciones desiguales y un andamiaje institucional único en la historia.
Aun con las diferencias, “nos unen valores democráticos, objetivos comunes y más que nada la solidaridad, que nos hace fuertes” a pesar de los impactos del virus SARS-CoV-2, así que los líderes de esa región han llamado a actuar de manera unida y contundente, lo que permitió la aprobación de un plan con un presupuesto de 150 mil millones de euros, algo histórico por su tamaño y porque fue la primera vez que se pusieron de acuerdo para que una institución emita deuda con una garantía común para financiar políticas públicas nacionales en la lucha contra la pandemia, en lugar de que cada país lo hiciera por su lado.
Francia destinó cien mil millones de euros, de los cuales 40 por ciento proviene de la UE, que otorgó tasas de interés muy bajas e incluso negativas, con la idea de que ese mecanismo de rescate y resiliencia pueda conceder préstamos dirigidos a aprobar reformas e inversiones de todos los miembros, por lo que no es endeudamiento, sino una inversión a futuro, dijo Asvazadourian en el encuentro El papel de la Unión Europea en México y el mundo después del COVID-19: hacia una recuperación verde, inclusiva y digital.
Gautier Mignot, embajador de la UE, señaló que ésta ha salido de la problemática más unida y legítima a nivel mundial, “con una fuerza de liderazgo en la cooperación frente a los desafíos que la humanidad” encara, por lo que el reto es “que nuestra visión multilateral y de participación internacional sea más fuerte para que los compromisos se centren en la preservación del planeta y la disminución de las desigualdades, que se podrán resolver si actuamos en forma real y eficiente todos juntos”.
Al respecto es fundamental no razonar con egoísmo para simplemente solucionar “nuestras necesidades particulares de vacunación, sino entendiendo que si no ayudamos a las otras naciones no solventaremos la pandemia, incluso en nuestro territorio, ni tendremos autoridad para después decirles que en otros asuntos debemos auxiliar”.
Uno de los propósitos es invertir en la recuperación económica y en México se han identificado dos temas clave que parecen congruentes con las prioridades del gobierno mexicano: la recuperación verde y la cohesión social, en lo que “creemos que podemos aportar con modelos europeos un poco distintos, incluso entre el norte y el sur de Europa, pero con la misma lógica de inserción que podría servir mucho en este país”.
El representante de Italia en México, Luigi de Chiara, aseveró que después de la experiencia del COVID-19 Europa ha restablecido cierta primacía de la solidaridad, por sobre la disciplina económica, y muchos “como nosotros estaban sufriendo todavía los efectos de la crisis de 2007-2008, con reglas de disciplina fiscal que no nos han permitido –en presencia de un alto grado de deuda pública– actuar contracíclicamente en los últimos diez años”.
Ahora se constató la urgencia de poner a la persona en el centro y se ha atenuado el rigor de la disciplina fiscal y las reglas económicas para dar más espacio a la solidaridad para recuperar la inversión en el sector social, lo que se había perdido en la última década.
Con el plan NextGeneration –enfocado en la economía verde y la digitalización– “tendremos la oportunidad, no sólo de contar con los recursos financieros, sino de reflexionar sobre la coherencia entre nuestra percepción del futuro y el funcionamiento de nuestros sistemas económicos”, pues el COVID-19 “nos ha enseñado el apremio de adecuar el modelo de cooperación global para atender los temas mediante la acción conjunta”.
Zdenek Kubanek, embajador de la República Checa, sostuvo que las crisis sanitaria y económica “nos ha hecho enfrentarnos a paradigmas nuevos, sin embargo, la historia nos ha enseñado que las pandemias se traducen en catástrofes socioeconómicas, a la vez que en oportunidades” y, “sin dejar de lamentar todo el sufrimiento que ha causado, prefiero verlo más como un empuje hacia adelante y una posibilidad de reconstruirse y transformarse de una manera más justa, inclusiva y sostenible”.
El SARS-CoV-2 no debiera “hacernos perder los aspectos urgentes: el calentamiento global y la pérdida de la biodiversidad”, debido a que muchos brotes se han desencadenado por las repercusiones de estos fenómenos.
“Todos hemos sido testigos de la reducción drástica de la movilidad y de los efectos positivos del teletrabajo en términos de disminución de la contaminación y son estas experiencias las que nos dan una oportunidad crítica para llevar a cabo cambios positivos y duraderos en el futuro pospandémico”, puntualizó.
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