Por: Redacción/
La UNAM es promotora del sistema satelital mexicano. Su Programa Espacial Universitario (PEU) encabeza diferentes actividades internas que fomentan este sector.
“Es una iniciativa importante, en donde hay afinidad de visión y de intereses con los proyectos que apoyamos en la Agencia Espacial Mexicana (AEM), sobre todo la promoción del desarrollo espacial con proyectos de investigación básica y aplicada”, indicó David Muñoz, coordinador de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico Espacial de dicho organismo.
Entre ellos destaca la construcción de un satélite mexicano pequeño, de unos 10 kilogramos de peso y forma de cubo (CubeSat), que ya se construye en conjunto con el Instituto Politécnico Nacional y otras instituciones del país.
Muñoz participó en el Cuarto Congreso Mexicano de Medicina y Salud Espacial, organizado por la UNAM y la AEM, entre otras instituciones. En el auditorio Rauol Fournier de la Facultad de Medicina (FM), adelantó que la AEM ya prepara en Zacatecas el primer centro regional de desarrollo espacial del país.
Medicina espacial
La medicina espacial, cada vez más avanzada, indaga básicamente las reacciones del cuerpo humano en condiciones de microgravedad. Por eso, se concentra en las enfermedades físicas y mentales de los astronautas en el espacio, expusieron asistentes al evento.
Víctor Demaría Pesce, de la Agencia Espacial Europea (ESA), dijo que algunos cosmonautas rusos han desarrollado problemas de cognición, y que los principales riesgos médicos se relacionan con la radiación del espacio, la pérdida de la capacidad intelectual y la alteración de los ciclos circadianos, que rigen nuestros relojes biológicos.
Trastornos óseos como huesos frágiles y osteoporosis, pérdida de cognición y un reciente síndrome neuro ocular se cuentan entre las principales afecciones de los astronautas, resaltó Demaría en la ponencia de Emmanuel Urquieta Ordóñez, quien envió su material desde la NASA.
Actualmente, también se desarrolla la telemedicina y nuevos sistemas diagnósticos que se pueden llevar en órbita.
Juan Carlos Hernández Marroquín, de la Universidad Anáhuac, comentó que desde 2014 la telemedicina utiliza Internet, big data, robots y drones para asistir a la ciencia médica, aunque hoy en día existen muchos dispositivos, como las pulseras que miden el pulso cardiaco.
Laboratorio de Compatibilidad Electromagnética
Carlos Romo Fuentes, de la Unidad de Alta Tecnología (UAT) de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, explicó que los dispositivos que se utilizan deben respetar la compatibilidad electromagnética (EMC por sus siglas en inglés), que es la capacidad de un sistema eléctrico para funcionar de forma adecuada y satisfactoria en un ambiente electromagnético, sin que se creen perturbaciones en el mismo espacio.
Es por cumplir con esta compatibilidad que los teléfonos celulares se ponen en modo avión durante un vuelo, y las computadoras no se usan durante el despegue y aterrizaje. También, gracias a su cumplimiento podemos usar la radio o el teléfono dentro de un automóvil en marcha.
Para lograr la EMC entre diversos equipos eléctricos, la UAT, ubicada en el campus Juriquilla, cuenta con el Laboratorio de Compatibilidad Electromagnética, ya certificado, y en donde se realizan pruebas especializadas de equipos de la industria electrónica, automotriz, aeronáutica, espacial, metalmecánica y de electrodomésticos.
“Dentro de una nave espacial, la EMC se ubica en el sitio de la instrumentación, y debe estar certificada”, señaló.
Respecto a la medicina espacial, Romo anotó que las perturbaciones electromagnéticas son sólo uno de los fenómenos que pueden afectar a los aparatos médicos, tanto en el rendimiento esencial como en la seguridad básica de los mismos.
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