Por: Redacción/
La capacitación de líderes comprometidos reforzará la seguridad comunitaria, la corresponsabilidad y el compromiso social, elementos que abonan a la construcción de entornos seguros, afirmó el doctor Eduardo Peñalosa Castro, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al inaugurar los Talleres de Formadores Sociales por una cultura de paz.
En el auditorio Quetzalcalli de la Unidad Iztapalapa de la UAM, destacó que este espacio de reflexión –organizado conjuntamente con la Comisión Nacional de Seguridad Social y el Consejo Regional del Área Metropolitana de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (CRAM-ANUIES)– busca brindar herramientas para identificar los hábitos que ponen en riesgo a los usuarios de tecnologías de la información y comunicación, conocer las medidas de prevención para evitar la trata de personas y el impacto en la sociedad, así como prevenir la violencia y establecer relaciones interpersonales basadas en el respeto a la diversidad y a los derechos humanos.
Al dictar la conferencia Reflexiones acerca de una cultura de paz: fundamentos y necesidades, el doctor Marco Antonio Millán Campuzano, profesor de la Unidad Cuajimalpa, propuso abordar la cultura de paz desde tres planos: el primero, que denominó ecología espiritual, “en cuyo centro gravitarán las consideraciones en los niveles personal e introspectivo, y que estarían guiadas por el sutra de que no puede haber paz exterior sin paz interior”.
El segundo plano –ecología social– es el relativo a las consideraciones de la vida pública en el que la convivencia pacífica va de la mano de problemas comunes: la violencia estructural, la desigualdad, la injusticia, la inequidad de género y la violencia de género, entre muchos otros.
Su enfoque “atendería la manera en que podemos alcanzar acuerdos de validez intersubjetiva, dialógica y cortés para el equilibrio social y las respuestas armónicas ante problemas comunes que demandan acciones concretas”.
El tercero –ecología ambiental– alude a un ámbito macro a problemas de calentamiento global, contaminación y pobreza, explicó el especialista en ética del discurso.
El académico del Departamento de Ciencias de la Comunicación expuso que con estos tres niveles se pretende fijar la idea de conjunción y construcción de armonía, ya que no es posible reflexionar el asunto de la paz sin tener un pensamiento multidimensional.
La construcción de ésta implica considerarla imperfecta de antemano, pero no como sinónimo de algo irrealizable y defectuoso, sino como una cuestión que se desplaza como horizonte móvil en el terreno de los conflictos humanos y que siempre está por venir para evitar la violencia.
“La paz imperfecta implica asumir la deconstrucción de la tensión del binomio que la hace posible: paz-violencia, teniendo presente el conflicto” y presupone que las acciones humanas también son imperfectas y conflictivas, pues están basadas en las emociones, ya que “nos movemos constantemente en distintos micromundos que nos hacen asumir diferentes microidentidades en un mismo día”.
A pesar de que existen las políticas y los esfuerzos de distintas instancias para combatir la violencia y el crimen, resulta complicado pacificar al país, por lo que insistió en que la búsqueda de la paz externa podría ser una labor infructuosa sin la debida introspección personal. “No hay paz externa sin paz interna”, dijo citando al filósofo Raimon Panikkar.
Los acuerdos deben alcanzarse desde la reconstrucción de las praxis de vida, donde los datos objetivos o duros son secundarios y meramente de uso estratégico, agregó el experto en hermenéutica contemporánea.
El acto de escuchar resulta importante, ya que determina que un oyente acepte y haga suya una explicación para que pueda reformular en su propia praxis de vida lo que le es contado. “Si acepta las razones que se le brindan no es debido a las cualidades lógicas ni a las estadísticas u otras fuentes objetivas, sino a que la aceptación sólo puede provenir de la capacidad de asumir la práctica de vida ofrecida y así explicada al escucha”.
“Por más que pretendamos dar soluciones estratégicas al tema de la pacificación en México, si no hay un propósito y cambio interno, será sumamente difícil, por no decir imposible, lograr la paz, la armonía y la concordia”, concluyó Millán Campuzano.
En el acto inaugural estuvieron presentes la maestra María Elena Pedraza Nieto, inspectora en Jefe de la Comisión Nacional de Seguridad; el licenciado David Terán Mercado, director de Normatividad y Acuerdos de la ANUIES; el doctor Rodrigo Díaz Cruz, rector de la Unidad Iztapalapa y la doctora Mariana Moranchel Pocaterra, coordinadora de los talleres y académica del Departamento de Estudios Institucionales de la Unidad Cuajimalpa.
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