- En la UAM el tema ha entrado muy fuerte en la investigación, no sólo de profesoras, sino de alumnas, quienes en sus tesis de maestría y doctorado abordan la violencia en sus múltiples expresiones.
Por: Redacción/
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha sido vanguardia en el impulso de iniciativas en favor de las mujeres y este empeño ha resultado en la creación de las unidades de género en cada sede, la Defensoría de los Derechos Universitarios (DDU) y las Políticas Transversales para Erradicar la Violencia por Razones de Género, aprobadas por el Colegio Académico en diciembre de 2020, entre otras.
La doctora Elionor Bartra y Muriá, investigadora del Departamento de Política y Cultura de la Unidad Xochimilco, expuso en entrevista que los estudios sobre el tema comenzaron de manera muy estructurada en la Casa abierta al tiempo, antes que en otras universidades y los espacios para denunciar el maltrato contra ellas aparecieron “también primero en la Institución”, por ejemplo, con el Curso de Actualización en Estudios de la Mujer, en 1994, y luego con el grupo Cuerpos que Importan, entre otros.
La Profesora Distinguida de la UAM destacó la existencia desde la década de 1980 del Área Mujer, Identidad y Poder; más tarde la Maestría en Estudios de la Mujer y en 2017 el Doctorado en Estudios Feministas, de los cuales es fundadora, junto con otras colegas.
Estos esfuerzos académicos han sido fundamentales para incrementar el trabajo de indagación y las tesis en la materia por parte de las alumnas, lo que ha repercutido en la formación de las unidades de género y la DDU.
El sector de la educación superior comparte la problemática de la violencia hacia la población femenina que acontece en la sociedad, ya que no se trata de un fenómeno que sea distinto, aunque tiene sus especificidades, porque se da en un ámbito en el que hay relaciones jerárquicas en las que intervienen profesores, jóvenes y personal administrativo, así como entre los mismos estudiantes, precisó la docente.
El vínculo de autoridad en el que sucede el hostigamiento, por ejemplo, es el de profesor hacia una alumna y, “por más que nos quieran hacer creer que las docentes también hostigan, la proporción es infinitamente menor”.
Estas situaciones se han dado desde hace mucho tiempo, pero parecería que México descubre ahora que la agresión contra ellas ocurre, “aun cuando desde el neofeminismo de 1970, por lo menos, hemos venido luchando en su contra”.
En este momento, “las acciones del movimiento han sensibilizado más a la población y, al mismo tiempo, la protesta feminista avanza, se fortalece y generaliza en todo el territorio nacional; sin embargo, con este progreso se han recrudecido las agresiones en su peor expresión: el feminicidio, porque hay una especie de revancha. No es que este fenómeno no se daba antes, sino que ha alcanzado cifras impensables hace medio siglo”.
El asunto en todas sus formas se ha anclado en las universidades, llegando incluso a quienes impulsan la discusión, pues “cuando empezamos con nuestros programas de estudio nos llamaban ‘bola de viejas locas’ y, más recientemente ‘feministas radicales’, pensando que esto es un insulto; ojalá lo fuéramos porque eso significa ir a la raíz de los problemas”.
Por fortuna, en la UAM el tema ha entrado muy fuerte en la investigación, no sólo de profesoras, sino de alumnas, quienes en sus tesis de maestría y doctorado abordan la violencia en sus múltiples expresiones: desapariciones, buscadoras y feminicidio, entre otras, en tanto que en licenciatura van aumentando los trabajos terminales, apuntó la doctora Bartra y Muriá.
“Hemos influido mucho desde nuestros posgrados y el Área Mujer, Identidad y Poder, que existe desde 1983, y ya se tienen las unidades de género y la DDU, que después de diversas situaciones y el tiempo que duró acéfala, pugnamos por que fuera encabezada por una feminista, en este caso una de nuestras colegas, la doctora Guadalupe Huacuz Elías”.
Todos estos avances se van alcanzando desde todos los frentes, porque el agravio implica cuestiones tan complejas que es necesario atacarlas desde perspectivas disciplinarias y espacios diversos.
La académica resaltó que ahora la UAM dispone de las instancias para canalizar denuncias y, cuando las alumnas sufren hostigamiento de profesores o administrativos, es importante que las presenten porque sin las mismas no habrá procedimiento.
Tales instrumentos servirán también para tener registro de los casos y la frecuencia con que ocurren, lo que permitirá visibilizarlos de mejor forma, pues los datos son prioritarios para tener herramientas de análisis. En cuanto al tema femenino en el arte popular, las estadísticas son fundamentales para poder afirmar que la inmensa mayoría en ese ramo productivo de México está constituido por mujeres.
El activismo entre las estudiantes de la UAM –quienes se organizan de distintas maneras– contribuye a que los problemas se vayan solucionando poco a poco, pese a que “todavía hace algunos años una joven se quejó de un docente que le preguntó si ella `era una de esas feminazis´”.
La doctora Bartra y Muriá dijo estar muy contenta con la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el sentido de considerar inconstitucional la penalización del aborto en el país, porque esto abre el camino para que se replique en los estados que no lo han hecho, lo cual significa que se otorga a las mujeres el derecho a decidir y evitará la muerte de muchas de ellas, resaltando que “el voto fue unánime en una Corte dominada por varones”.
La UAM continuará a la vanguardia impulsando los asuntos feministas, en virtud de que “nuestra labor colectiva en la investigación, la docencia y el activismo de todos ha sido básica”.
En diálogo con UAM Radio 94.1 FM, la doctora Mónica Cejas Minuet, adscrita al Departamento de Política y Cultura de la Unidad Xochimilco, se refirió a la convocatoria al Doctorado en Estudios Feministas que ella coordina y cuyas líneas que cultiva son Producción de sujetos con género; Cuerpos e identidades sexualizados; Cultura y expresión; Políticas e identidad, y Espacio y poder.
Está incorporado al Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, dirigido a egresados de maestría, preferentemente de las disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades.
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