Por: Redacción/
La trata de personas sigue aumentando y adquiere cada vez dimensiones más “espantosas” en las zonas en conflicto, donde los grupos armados secuestran a mujeres para recompensar a los combatientes con esclavas sexuales y usan a niños soldados para extender el miedo.
Según un informe de la Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC) los militantes usan el tráfico de personas para ganar dinero y para reforzar su control en áreas en las que el Estado de derecho es débil.
“La trata está conectada con la mayoría de los conflictos armados”, aseguró Yury Fedotox, el director ejecutivo de UNODC. “En situaciones caracterizadas por la violencia, la brutalidad y la coacción, los traficantes pueden operar con todavía mayor impunidad”.
El Informe Global sobre Trata de Personas 2018, presentado este lunes en Viena, analiza unos 24.000 casos documentados entre 2014 y 2016 en 142 países.
Estas cifras son solo la punta del iceberg, ya que muchas de las víctimas no son detectadas y no todos los países cuentan con los mecanismos adecuados para perseguir este delito.
“Los niños soldados, el trabajo forzoso, la esclavitud sexual… la trata ha adquirido dimensiones espantosas a medida que los grupos armados y los terroristas la usan para extender el miedo y conseguir víctimas que ofrecen como recompensa para reclutar a nuevos combatientes”, añadió Fedotov.
Ese fue el caso de Nadia Murad, premio Nobel de la Paz en 2018 y embajadora de UNODC contra la trata, que fue esclavizada sexualmente por el ISIS. El Nobel a Murad es considerado un símbolo en la lucha contra la trata de personas y el uso de la violencia sexual como arma de guerra, dijo Fedotov.
La ONUDC no ofrece datos sobre el número de víctimas totales en zonas de guerra, pero asegura que milicias y grupos criminales han tratado de explotar a los desplazados por los conflictos de Siria, Iraq y Afganistán.
Más víctimas femeninas
La explotación sexual (59 %) sigue siendo el delito más frecuente, lo que hace que las mujeres y niñas representen un 70% las víctimas totales de la trata.
El informe destaca que en Centroamérica y el Caribe se ha detectado a más niñas como víctimas de explotación sexual que en otras regiones, donde suelen ser mujeres adultas. En todo el mundo, la mitad de las víctimas son mujeres adultas (49 %), mientras que las niñas suponen el 23 % del total y su número va en aumento. Los hombres representan el 21 % y los niños, el 7 %. Los hombres son mayoría en los casos de trabajos forzados.
Otras víctimas trabajan en condiciones de esclavitud en tareas domésticas, en sectores como la minería y la pesca, son utilizadas para la mendicidad infantil o la extracción de órganos.
Niños explotados
El 72 % de las niñas víctimas son explotadas sexualmente; mientras el 50 % de los niños trabaja forzosamente y un 27 % es explotado sexualmente.
La mendicidad, el uso de niños como soldados, y los matrimonios forzados son otras formas de explotación.
América del Norte, Centroamérica y el Caribe
En esta región, un 55% de las víctimas de trata son niñas y 11% niños, lo que hace que sea la región con más menores víctimas (66% del total).
El 87% de las víctimas detectadas en América Central y el Caribe estaban siendo traficadas para explotarlas sexualmente.
Otra particularidad es que entre las personas que son detenidas y juzgadas por participar en la trata también hay una mayoría de mujeres (58%). En Honduras, se sentenció a más del doble de mujeres que de hombres.
Sudamérica
Más del 80% de las víctimas de trata en esta región son mujeres y la mayoría son traficadas para explotarlas sexualmente.
El informe detecta que en los Andes hay “porcentajes particularmente altos de trata de niños”. En Bolivia y Perú superan a los adultos.
Por detrás de la explotación sexual, el delito más común es el trabajo forzado (con tasas atas en Argentina y Paraguay). Otras formas de explotación son la adopción ilegal (en Bolivia hubo 170 víctimas entre 2014 y 2017) y la mendicidad.
En el sur del continente, unos dos tercios de los investigados, arrestados, enjuiciados o condenados por trata en 2016 eran hombres.
Detectar a las víctimas
El estudio señala que el número de víctimas documentadas en todo el mundo ha aumentado, pero eso puede deberse a que los países cuentan con más medios para detectarlas.
En 2009, solo 26 países tenían instituciones que recopilaban datos sobre trata, mientras que ahora son ya 65.
En cualquier caso, en grandes áreas de África y Asia apenas localiza a víctimas y no se sentencia a los traficantes, por lo que UNODC pide a los Estados de esas regiones que se esfuercen más en aplicar la normativa internacional. “En algunos países, parece que los traficantes no corren ningún riesgo de tener que hacer frente a la justicia”, señala el informe.
La mayor parte de los casos se detectan en los países de origen de las víctimas, pero las naciones más desarrolladas suelen ser el destino de personas que caen en la trata internacional después de ser engañadas por redes, en sus países de origen, que les ofrecen trabajos falsos.
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