Por: Mugs Redacción
La diabetes mellitus es una epidemia mundial con alta presencia en México, donde es la primera causa de mortalidad a nivel general. Todos tenemos un familiar o un conocido con esa enfermedad crónica y discapacitante, caracterizada por un alto nivel de glucosa en la sangre.
La resistencia a cambiar hábitos de vida y continuar con el consumo de alcohol, tabaco y alimentos ricos en grasas y azúcares, así como tener una vida sedentaria, son los principales obstáculos a vencer para enfrentar esa afección, advirtió María Araceli Álvarez Gasca, profesora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala y coordinadora de la Clínica de Síndrome Metabólico y Diabetes de esa entidad universitaria.
“La diabetes tipo 2, la más generalizada, afecta a nivel físico, psicológico, social y económico. Si no se trata adecuadamente genera trastornos dramáticos e irreversibles como insuficiencia renal crónica, amputaciones de extremidades inferiores y ceguera”, entre otras alteraciones, destacó.
En el marco del Día Mundial de la Diabetes, a celebrarse este 14 de noviembre en más de 160 países, y que este año tiene como lema Detengamos la epidemia de la diabetes, la química farmacobióloga, maestra en modificación de la conducta y educadora en la materia, dijo que aunque han mejorado los métodos de detección, los tratamientos farmacológicos y la información, la falta de cambios individuales en la vida diaria es lo que dificulta una modificación drástica para prevenir y vivir con ella.
“También afecta una saturación de anuncios comerciales para consumir refrescos, panes, golosinas y alimentos procesados ricos en grasas y azúcares. Eso no ayuda para adoptar formas de vida saludables”, enfatizó.
En contraste, la conmemoración de un Día Mundial de la Diabetes ayuda a crear conciencia de que ya es una epidemia y busca que las personas tengan conductas que modifiquen sus hábitos de vida.
Crece diabetes tipo 2 en jóvenes
Álvarez Gasca subrayó que la diabetes tipo 2, antes característica de adultos de edades media y avanzada, se incrementa en grupos de jóvenes. “Hemos visto que aumenta en niños, adolescentes y jóvenes, en los que antes era rarísimo encontrarla, y también está presente en ese grupo el síndrome metabólico, que generalmente antecede a la enfermedad”.
Ambos padecimientos, ahondó, se deben a hábitos inadecuados de vida, pues la población es sedentaria e ingiere una dieta con energía muy densa, además de que padece estrés y problemas de sueño.
Estos factores, que se pueden transformar, se suman a una predisposición genética propia de los hispanos. “Al corregir ciertos hábitos es posible prevenir el padecimiento, y si los factores hereditarios son muy fuertes, es factible retrasar por mucho tiempo su presencia”.
Síndrome metabólico
El síndrome metabólico es una patología con algunos factores de riesgo que anteceden a la diabetes, como la obesidad y el acrecentamiento del perímetro abdominal, que se relacionan con el incremento de la glucosa en el cuerpo y con el aumento de la presión arterial.
También incluye niveles altos de colesterol y triglicéridos, algo común entre la población mexicana.
“Significa un riesgo cardiovascular, un padecimiento que causa infartos y es una de las principales causas de muerte”, remarcó la universitaria.
Para identificarlo se deben detectar la obesidad central en la circunferencia de la cintura, la hipertensión arterial, los niveles de glucosa, colesterol HDL y triglicéridos en sangre. “Con tres de estos criterios mayores a lo normal se diagnostica el síndrome metabólico”.
Clínica de Síndrome Metabólico y Diabetes
Álvarez Gasca coordina la Clínica de Síndrome Metabólico y Diabetes dentro de la Clínica Universitaria de Salud Integral (CUSI) de la FES Iztacala.
“Aquí atendemos principalmente a estudiantes de todas las carreras, que toman conciencia de esta enfermedad; también asesoramos a la comunidad externa, sobre todo adultos con interés en controlar su peso y aprender a alimentarse correctamente”.
Asimismo, indicó que les interesa mantener la congruencia y la educación para la salud entre la población de esa unidad multidisciplinaria, donde se cursan carreras relacionadas con la salud como medicina, optometría, odontología, enfermería, psicología y biología.
Varios pasantes de medicina participan en este esfuerzo de orientación y educación para la salud
“Desde que estudié me interesó el entorno que rodea a las enfermedades, en especial las que nos están dando batalla, como la diabetes. Además, durante el internado subí de peso y aquí he aprendido a alimentarme bien”, comentó Jessica Angélica Andrade Jasso, pasante de medicina, con tres meses de labor en la clínica.
En ese sitio los pacientes aprenden planes de alimentación integral, control de peso y, de ser necesario, se canalizan para manejo de emociones. “No suprimimos alimentos, pero enseñamos a respetar porciones de los diversos grupos”, explicó.
De los pacientes externos reciben algunos diabéticos que ya tienen insuficiencia renal, hipertensión arterial y obesidad.
“La diabetes es una de las afecciones más peligrosas. Como es crónico-degenerativa tiende a consumir al enfermo en los aspectos físico, emocional, estético, familiar y social”, resaltó Iván Gabriel Esquivel Campos, también pasante de medicina que colabora en la clínica.
Para afrontar la resistencia a cambiar formas de vida, los jóvenes médicos informan de las consecuencias a mediano y largo plazos. “Es un padecimiento para toda la vida, del que hay que tomar las riendas, y es importante que el paciente lo entienda a tiempo”, expuso.
Finalmente, Karla Daniela Uribe Rebollo, también pasante de medicina y colaboradora de la clínica, apuntó que el servicio que ofrecen es importante porque muchas personas desconocen los efectos y los daños que ciertos hábitos hacen a la salud.
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