Redacción

La construcción de un sistema único de salud integral en México que garantice el derecho a la protección en ese rubro y se contraponga a la propuesta de universalidad de mercado es viable, afirmó la doctora Oliva López Arellano, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

La profesora calificó la universalidad como privatizadora y regresiva, al dictar la conferencia magistral Reforma del sector salud en México: una mirada crítica sobre la universalidad de los servicios médico-sanitarios, que abrió los trabajos del Coloquio El servicio social de las licenciaturas del área de la salud a 80 años de su instauración.

La coordinadora del Doctorado en Ciencias en Salud Colectiva de la Unidad Xochimilco señaló que la iniciativa defendida por el presidente Enrique Peña Nieto pretende crear un fondo único de salud de capital individual para poder adquirir un seguro médico con paquete limitado de intervenciones curativas en redes plurales de prestadores de servicios, propiciando la intermediación financiera y usuarios que se transforman en clientes y consumidores.

Esto implica la pérdida de derechos para los beneficiarios de la seguridad social, la configuración de mercados de atención a la enfermedad, “aceitados” con fondos públicos y la atención como mercancía.

Los efectos de esta propuesta son la pérdida de derechos y restricción en las intervenciones; abandono de la actuación sobre los determinantes sociales de la salud y la equidad; énfasis en la atención curativa e individual y acceso segmentado y profundización de la exclusión.

Con ello hay aumento de costos para la población (prepago, copago, cuotas reguladoras); inviabilidad estructural; incremento de costos administrativos; mayor fragmentación de las instituciones públicas de salud y desmantelamiento de la seguridad social.

En contraparte planteó la posibilidad de un sistema que incluye los determinantes sociales y el derecho a la protección de la salud, posibilitando la construcción de un sistema único de salud y seguridad social, que sea público, integral, solidario y equitativo.

La base serían los servicios médicos sanitarios ofrecidos por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con atención primaria a la salud, articulación de niveles de atención e integración de redes de servicios; modificaciones legales y armonización normativa, financiado con cuotas obrero-patronales y recursos fiscales.

El modelo de atención debe considerar el marco de los determinantes sociales de la salud y de políticas intersectoriales para su modificación; incorporar la estrategia de Atención Primaria a la Salud (APS) y articular redes de servicios integrales, regionalizados y por niveles de complejidad.

La doctora López Arellano expuso que el sistema único de salud es viable con un presupuesto global y la asignación institucional, establecidos sobre la base de una capitación única por habitante y la asignación presupuestal ajustada de acuerdo con el volumen de pacientes atendidos, según diagnóstico de egreso ambulatorio u hospitalario.

La fuente de financiamiento por capitación será pública y con contribuciones fiscales y de cuotas obrero-patronales de los sistemas de seguridad social, con punto de partida de un valor inicial del año 2015, de 6,000 pesos por persona.

La especialista consideró que en salud y seguridad social se configura una política bipolar de mercantilización y neobeneficencia; se debilita a las instituciones públicas a través de su desfinanciamiento, fragmentación y reducción de funciones.

Salud

La situación es más grave en los institutos de seguridad social, en los que se privatizan las pensiones y se reduce drásticamente la disponibilidad de servicios; además de que se fortalecen los mercados de la salud y se introduce la lógica mercantil al interior de las instituciones públicas.

En su opinión el Estado es el sujeto obligado a respetar, proteger, promover y garantizar el derecho a la salud, por lo que las modalidades institucionales para hacerlo deben ser consultadas y discutidas ampliamente. La defensa por la salud y por la vida digna requiere la movilización de múltiples actores y la construcción de agendas comunes.