Por: Redacción/
El establecimiento de protocolos y la capacitación de los cuadros necesarios para salvaguardar y proteger a la comunidad de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) constituyen una prioridad institucional, luego de que hace 34 años “decidimos hacer nuestra la cultura de la protección civil”, afirmó hoy el doctor Eduardo Peñalosa Castro, rector general de esta casa de estudios.
En estas tres décadas “nos sentimos a salvo, hasta que hace dos años, en la misma fecha, 19 de septiembre, vivimos una realidad que debimos solventar como sociedad, como comunidad universitaria y como individuos”, añadió al término del acto en el que la UAM se sumó al macrosimulacro de sismo convocado por la Coordinación Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, así como por la Secretaría de Gestión Integral de Riesgo y Protección Civil del gobierno de la Ciudad de México, en conmemoración de los sucesos ocurridos en 1985 y 2017.
El doctor Peñalosa Castro recordó que el edificio “S” de la Unidad Iztapalapa sufrió los daños más significativos hace dos años, por lo que “todos los días estamos trabajando de una manera muy intensa para repararlo”.
Con la participación en el macrosimulacro nacional –que permitirá evaluar la capacidad de respuesta ante una emergencia– culminó la Semana de Protección Civil en esta casa de estudios, que incluyó la realización de diversas actividades y ejercicios de los brigadistas del comité interno en la materia.
Los protocolos respectivos y la capacitación a los cuadros necesarios para salvaguardar y proteger a la comunidad universitaria en su entorno son prioridad institucional y, en ese sentido, la UAM ha emprendido acciones de colaboración con la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos de la Ciudad de México y en breve se integrará a la Red de Universidades Resilientes, en la que “podremos aportar experiencia y conocimiento”.
Desde la Rectoría General, las unidades universitarias y los centros culturales y de desarrollo infantil, los casi 65 mil 500 integrantes de la Institución intervinieron en el ejercicio de simulacro y “el reporte que hemos recibido es que todo se encuentra sin novedad”, por lo que “la mejor manera de conmemorar dos sucesos trágicos de nuestra historia reciente es construyendo una cultura de protección civil, individual y colectiva”.
En punto de las 10 de la mañana sonó la alarma sísmica y alumnos, académicos y trabajadores administrativos dejaron de hacer sus labores para dirigirse en grupos a los puntos de reunión definidos en cada instalación universitaria.
En la Rectoría General intervinieron alrededor de 850 trabajadores y visitantes, quienes fueron atendidos por 85 brigadistas, divididos en brigadas de evacuación, multifuncional, combate de incendios, primeros auxilios, búsqueda y rescate, evaluación de instalaciones, unidad de enlace y unidad de comunicación, entre otras.
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