Por: Redacción
Las cosechas agrícolas deben ser destinadas a la manutención de las poblaciones, por lo que no hay que emplear almidón, arroz, maíz ni caña de azúcar para la elaboración de bioproductos, ya que éstos debieran partir de los desechos de los alimentos, de aquellos que el ser humano no se come: celulosa, huesos de mango, cáscaras de plátano, entre otros, expuso el doctor Carlos Vaca García.
Ante el panorama de pobreza y de escasez de comestibles en muchas regiones del mundo, el académico de la Universidad Federal de Toulouse Midi-Pyrénées y del Instituto Nacional Politécnico de esa ciudad urgió a no utilizar la biomasa –materia orgánica de origen vegetal o animal– que se destina para el consumo de los seres humanos.
En la conferencia Análisis de ciclo de vida: los bioproductos observados bajo la lupa, en el Tour de Escuelas Doctorales Francesas en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), apuntó que la conservación del medio ambiente exige el desarrollo de artículos a partir de la biotecnología que no causen daño al entorno, “porque el que uno de esos contenga biomasa como ingrediente principal no garantiza que sea bueno para la naturaleza”.
Para hacer perdurar los recursos “no basta sólo con optimizar el rendimiento y los costos de las mercancías sino también deben minimizarse los daños al ecosistema con una visión global, extendiendo la evaluación de los parámetros hacia aspectos como el gasto de energía, la generación de dióxido de carbono (CO2) y los desechos cancerígenos, entre otros, al del ciclo de vida ambiental”.
El ingeniero químico por la Universidad de Guadalajara expuso que la producción alimenticia deberá responder a un concepto de sustentabilidad en el cual se incluyan, en equidad de valores, los impactos ambientales, económicos y sociales, en conjunto.
El doctor en química, radicado en Francia desde hace más de dos décadas, afirmó que las materias primas disponibles deberán ser baratas, no tóxicas, desarrolladas con un proceso que no demande demasiado consumo energético o métodos extensivos para su elaboración, evitando la generación de efluentes.
Los bioproductos son resultado de la aplicación de la biotecnología en el ámbito empresarial mediante diversas tecnologías –biológicas, bioquímicas, físicas y térmicas– con la incorporación de microorganismos, bacterias y enzimas para transformar la biomasa en biomateriales, bioplásticos, biopinturas, biocombustibles, bioenergía y biolubricantes.
El Director del Laboratorio de Química Agro Industrial (LCA) dijo que ese centro científico bajo su responsabilidad fue el primero en Francia y en la Unión Europea en emplear los residuos de las materias primas generadas por las manufacturas agrícolas para generar materiales y artículos a partir de la biotecnología.
El investigador, quien en 2006 fue galardonado con el reconocimiento a la Innovación de la Región Midi-Pyrénées, expuso que la misión del espacio a su cargo es no dejar una huella ecológica o que el impacto ambiental sea mínimo, contribuyendo en la sustentabilidad del planeta.
Entre los productos desarrollados por su equipo de trabajo destacan un proceso mediante el cual purificaron las moléculas de la cáscara de chícharos para obtener compuestos útiles en la fabricación cosmética; aditivos para formulaciones industriales, solventes, lubricantes y pegamentos, no todos biodegradables en su totalidad, pero mínimamente agresivos con el entorno natural.
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