Por: Fernando Nava
La Procuraduría General de Justicia capitalina reunió pruebas suficientes sobre una mujer que se dedicaba a la extorsión telefónica, para que el Juez 69 Penal, con sede en el Reclusorio Preventivo Oriente, dictara auto de formal prisión, por la comisión del delito de extorsión agravada en pandilla.
Tras establecer que la mujer participó en el cobro de un monto de dinero a consecuencia de una extorsión, se instauró el proceso ordinario.
Las autoridades pudieron dar con su paradero, luego de que a una ama de casa le pidieron dinero para liberar a su hija, quien supuestamente, estaba secuestrada.
Al realizar una llamada a la víctima, le informaron que su hija se encontraba privada de libertad, quien había sido emboscada en la ruta de transporte público que tomaba.
La madre les dijo a los extorsionadores que no tenía dinero para el rescate. Fue en ese momento, que dialogaron con la señora, convenciéndola de empeñar sus objetos de valor.
En ese momento, se dirigió a Torres Lindavista, donde dejó en empeño una pantalla, una tablet y una computadora Laptop.
Al cobrar el dinero del empeño, le dieron un número de cuenta bancario y el nombre de la persona que lo recibiría.
Después de hacer el trámite en una tienda y depositar el efectivo la ofendida recibió una llamada de su hija quien le dijo que nunca estuvo secuestrada.
Con los datos que ya habían sido proporcionados y el registro del depósito, se pudo detener a la mujer cómplice del extorsionador telefónico, donde se le estableció que la inculpada formaba parte de una banda delictiva que operaban desde el interior de un reclusorio.
Hasta el momento, la presentada tiene el carácter de probable responsable, lo que no implica una sanción penal hasta que lo determine la autoridad jurisdiccional.
Además, el proceso se inició previo a la plena entrada en vigor del Sistema Procesal Penal Acusatorio, por lo que se desarrolló de acuerdo al sistema tradicional o mixto.
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