Por: Redacción/
En la Ceremonia Conmemorativa del 147 Aniversario Luctuoso de Benito Juárez García, el presidente del Poder Judicial de la Ciudad de México, Rafael Guerra Álvarez, subrayó que la memoria del Benemérito de las Américas evoca mucho más que el gran sacrificio de un jefe de Estado para enfrentar a los enemigos, sino la permanencia de los ideales.
En el Museo Panteón de San Fernando, en el Centro Histórico capitalino, el magistrado presidente dijo que Juárez representa una ideal inmortal, porque en nuestras instituciones libres, el pueblo mexicano es el árbitro de su suerte.
Al resaltar que hoy no sólo se conmemora la muerte de Benito Juárez, sino el impacto de su vida en la nuestra, Guerra Álvarez subrayó que el inmenso legado juarista es, para los mexicanos, un deber que estamos obligados a recordar, como el deber de creer en el infinito potencial creador de la justicia y la libertad.
El deber de profesar el respeto como condición vital para la paz; de proteger el estado de Derecho y el Imperio de la Ley y el deber de crear instituciones aptas para las generaciones del presente y del futuro, añadió el magistrado en la ceremonia, en la cual fue el orador oficial.
Ante el mausoleo del ex presidente de México, aseguró que el gran valor de conmemorar la muerte del Benemérito de las Américas trasciende el significado de su vida material, porque para cada uno de nosotros, sin importar edad, género o condición, Juárez representa uno de los tesoros más grandes de nuestro patrimonio moral: el tesoro de la identidad nacional.
Hoy, agregó, celebramos 147 años de que su identidad dejó de pertenecerle al individuo, para pertenecerle a toda la nación. Hoy recordamos la muerte de un hombre y el nacimiento de héroe. Un ídolo que representa las aspiraciones más altas de justicia, heroísmo, lealtad y legalidad para todas las generaciones que le sucedimos, porque su vida nos ha dado, a toda persona nacida de este suelo y de sus hijos, el derecho inalienable de celebrar el culto a nuestros propios héroes y ser herederos de nuestra propia gloria.
En la ceremonia, en la que estuvieron presentes los secretarios de Cultura, José Alfonso Suárez del Real y Aguilera y de Salud, Oliva López Arellano; el titular de la Unidad de Desarrollo Democrático de la Secretaría de Gobernación, Eric Suzán Reed, entre otros funcionarios capitalinos y descendientes de Benito Juárez de la quinta y séptima generación, el magistrado presidente del Poder Judicial parafraseó al Benemérito de las Américas:
“Un pueblo que luchó sin cesar, sosteniendo la bandera de la patria, hasta obtener el triunfo de la causa santa de la independencia y de las instituciones de la República.” Añadió que esta causa santa a la que Juárez dedicaría su vida, le costaría los mayores sacrificios, incluyendo la vida de uno de sus hijos, y sería para nosotros significado de los más altos valores liberales que hoy enriquecen nuestra vida social: libertad, igualdad y fraternidad.
El camino del todo héroe está lleno de sacrificios. Y el camino de Juárez indudablemente tuvo como destino la nación que vivimos hoy e inmortaliza su memoria hasta la actualidad, dijo, al recordar varias de las aportaciones de Juárez al mundo judicial.
En la ceremonia, la Banda de Música de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México interpretó la Marcha Fúnebre Juárez Inmortal, del compositor Cipriano Pérez. Las autoridades depositaron una Ofrenda Floral y montaron una Guardia de Honor, y de fondo, el Toque de Silencio en memoria del Benemérito de las Américas.
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