Por: Redacción
“Encarnar cualidades femeninas a través de la personificación de una gran diva como Lupe Lemper es motivo de orgullo y grandeza, pues implica la posibilidad de tomar al mundo bajo el violeta de lo femenino, como una mujer íntegra que se abre las puertas frente a la oportunidad de crecer”, dijo Pedro Kóminik sobre su papel en La pasión según Lupe Lemper.
La puesta en escena presentada el 31 de marzo y el primero de abril en el Foro Casa de la Paz de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) rompe con las barreras del género, al mostrar a una persona que ama y reclama sus derechos a plenitud, mientras narra por una sola noche su historia y viajes alrededor del mundo, que la llevaron a convertirse en una diva de prestigio internacional mientras conocía a sus más de diez maridos.
Lupe Lemper es poderosa, fuerte y satisfecha, pues goza a plenitud su sexualidad y libertad, entendiendo que el amor auténtico no surge con la compañía de un hombre, sino por el afecto propio, la aceptación del cuerpo y la pasión por una misma.
Acompañada de su fiel y enamorado músico Gunter, representado por Gabriel Jiménez, el personaje echó mano de piezas clásicas de origen berlinés, sudamericano y mexicano para cantar y bailar polkas y melodías de jazz envuelta en atuendos majestuosos propios de una artista de su talla.
La idea surgió como homenaje a Ute Lemper, cantante y actriz alemana, quien rescató muchas de las canciones de cabaret alemán que fueron prohibidas durante el nazismo y cuyas partituras estuvieron perdidas durante largo tiempo, hasta ser recuperadas por ella misma.
Durante una de sus presentaciones en el Palacio de Bellas Artes, los técnicos del teatro encantados por su sencillez y talento le enviaron un ramo de flores con una dedicatoria errónea: a “Lupe Lemper”.
Kóminik, gran admirador de la intérprete germana, decidió crear un personaje que rompiera con el tradicional esquema de ese género, en el que los hombres representan a las mujeres como divas inmersas en la soledad, la crueldad o la amargura, dando un giro al estereotipo para mostrar a una estrella alegre y tenaz, que después de diferentes experiencias no teme más al aislamiento.
La intención de mostrar sus tatuajes, evitar la depilación y la peluca, pretende evitar la ilusión de lo femenino y dejar en claro que es un varón eligiendo con orgullo codificar el personaje de una fémina libre y terminante, cuyo mensaje de fondo es que “se puede ser feminista sin que eso implique dejar de maquillarse y mostrarse sensual”.
A lo largo de la noche, Lupe Lemper irá develando su enigmático origen y su más íntimo secreto.
En entrevista Kóminik habló sobre la escalada de violencia y agresiones que se viven hoy en día encabezadas por movimientos reaccionarios y fascistas, por lo que hizo un llamado a recuperar el país que la gente anhela a través de las artes y el humor con sentido crítico.
El actor y protagonista de este musical busca contrarrestar el discurso de odio hacia las mujeres, transexuales e intersexuales mediante un disertación analítica y abierta, que usa como principal herramienta el amor, la risa y el gozo.
Su larga trayectoria como cantante lo ha llevado a realizar diferentes trabajos en televisión y teatro, además de que ha desempeñado como director, productor, dramaturgo y académico de talleres y seminarios de artes escénicas en instancias como el Instituto Nacional de Bellas Artes o el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
La pasión según Lupe Lemper fue estrenada en 2016 en el marco del Festival Internacional de Cabaret, donde trabajó junto a José Alberto Patiño, quien diseñó los vestuarios hechos con base en periódico y materiales reciclados, pues a juicio de Kóminik todas las imposiciones del constructo social son eso, basura.
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