Por: Redacción/
Desde distintos ámbitos se han promovido esfuerzos para incorporar a la ciudadanía en las decisiones públicas; sin embargo, sigue predominando en México un sentimiento de desencanto y poca credibilidad en las instituciones públicas, señala una investigación elaborada por la Dirección General de Investigación Estratégica del Instituto Belisario Domínguez (IBD.
El estudio titulado “Políticas de participación ciudadana: Reflexiones sobre el caso de México”, elaborado por la investigadora Perla Carolina Gris Legorreta, explica que en nuestro país se han diseñado e implementado distintos instrumentos para abonar al involucramiento ciudadano en el espacio público, particularmente para generar condiciones más favorables para que la ciudadanía participe en la toma de decisiones sobre la forma en la que se plantea resolver los problemas que le afectan directamente.
Agrega que, en la agenda pública actual, se reconoce la importancia de promover la participación de la ciudadanía para el fortalecimiento de la democracia, a través de figuras como la revocación de mandato y la consulta popular.
La investigadora apunta que otros esfuerzos, como la Estrategia Nacional de Cultura Cívica (ENCCÍVICA), promovida por el Instituto Nacional Electoral (INE), destacan por tener un diseño de política pública robusto y basado en un diagnóstico sólido sobre el problema de la fragilidad democrática en el país, aunque no ha logrado consolidarse como un instrumento de gobernanza que amplíe el compromiso y la responsabilidad de esta tarea para otros actores dentro y fuera de la esfera gubernamental.
Según el estudio del IBD, el tema pendiente constituye no tanto la ausencia de mecanismos para promover la participación, sino su efectividad y la capacidad para que estos mecanismos gocen de plena legitimidad, algo que se ha cuestionado, por ejemplo, en las consultas populares recientes.
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