Por: Redacción/
Casi tres millones de personas siguen atrapadas en las zonas de Siria todavía bajo control de los grupos rebeldes, y en las que el Gobierno ha recrudecido la ofensiva.
En Idlib, el oeste de Alepo, Hama y Latakia, se siguen produciendo combates que obligan a miles de personas a desplazarse. Menos de la mitad de los hospitales y consultorios médicos siguen operativos para atender a los heridos.
La Organización Mundial de la Salud ha solicitado 11 millones de dólares para solventar las necesidades médicas en la zona noroeste de Siria. “La situación en Idlib es especialmente dramática”, ha advertido la OMS, al recordar que allí hay más de medio millón de desplazados.
Muchas de estas personas viven en refugios improvisados “con poco acceso a atención médica, agua y saneamiento”, lo que les hace vulnerables a enfermedades y agudiza el riesgo en caso de malnutrición. La OMS teme incluso el rebrote de enfermedades prevenibles como la polio.
“Los artefactos explosivos improvisados, los asesinatos, secuestros y las malas condiciones de vida hacen que la situación en Idlib sea insegura y peligrosa”, denuncia la OMS.
El director de emergencias de la OMS en la región, Michel Thieren, ha subrayado que la situación amenaza con “deteriorarse” a corto plazo. La organización teme que el avance de las tropas sirias puede hacer que entre 200.000 y 700.000 personas huyan de la ciudad de Idlib.
“Si la OMS no recibe fondos adicionales, más de dos millones de personas atrapadas en el fuego cruzado podrían quedarse sin acceso a servicios de atención médica básica”, asegura Thieren.
La organización usará los fondos para mejorar la atención primaria, la vacunación infantil y los servicios de traumatología en el noroeste de Siria. También prevé garantizar la evacuación de los heridos más graves y entregar suministros básicos a los hospitales, clínicas y centros móviles que atienden a los afectados.
Retorno de los desplazados
En el sudoeste del país, a medida que el Gobierno sirio ha ido retomando el control en las últimas semanas, miles de familias desplazadas han vuelto a sus zonas de origen en Daraa y Qunaitra.
La Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA) calcula que quedan 57.000 personas desplazadas. Para ellas, moverse sigue siendo muy complicado, en ocasiones por falta de documentación o por los costes inasumibles. Además, hay informes de que en las provincias de la cuenca de Yarmouk y Daraa quedan muchos explosivos sin detonar, lo que está causando numerosas muertes y heridas.
Dos convoyes de la ONU entregaron comida, agua, kits de higiene y otros materiales para 70.000 personas en la provincia de Daraa.
“El alto número de retornos no disminuye la necesidad de ayuda humanitaria y servicios de protección”, advierten desde OCHA. Muchos de los pueblos y ciudades han resultado muy dañados por los combates y los habitantes se ven ahora sin recursos para ganarse la vida. Los cultivos agrícolas, por ejemplo, han quedado arrasados.
Por eso, la ONU completará la entrega de ayuda de emergencia con programas con un enfoque más a largo plazo; pero, para ello, necesitan que el Gobierno garantice un acceso regular a estas zonas.
No Comment